El exvicepresidente económico y exministro Pedro Solbes ha reconocido este martes que tras la entrada de España en recesión en 2009 esperaba una rápida recuperación, que finalmente no se produjo. "Mi visión fue excesivamente optimista, aunque en ese momento no sabíamos que el año no iba a ser tan malo". Moderado y sin eludir ningún tema polémico, así se ha mostrado el exvicepresidente y exministro Pedro Solbes en la presentación de sus memorias (Recuerdos, editado por Deusto).

"En la primera legislatura de Zapatero se hicieron muchas cosas, sobre todo en el ámbito social. También en el ámbito económico, aunque con algunos excesos. No conseguimos cortar la dinámica heredada del anterior Gobierno de la burbuja inmobiliaria. Se intentaron cosas pero no dimos con la tecla", ha añadido este antiguo comisario europeo, que ahora trabaja como consejero en la multinacional energética Enel, matriz de Endesa. Entonces pensaban, según su versión, que el sistema financiero español era "serio" y que no se contagiaría por la crisis tras la caída de Lehman Brithers.

Solbes, que se ha definido como un "no político" con 40 años de experiencia política, ha reivindicado -con matices, ya que se declara "coautor" de lo que se hizo entonces- su trabajo durante las dos anteriores legislaturas. "He estado a gusto con mi trabajo y satisfecho, lo que no quiere decir que no me arrepienta de algunas decisiones", ha señalado. La principal: haberse presentado junto a Zapatero a una segunda legislatura. "Tenía pensado no presentarme, pero al final fui porque en las reuniones del FMI se percibían ya un ambiente de crisis financiera, y pensé que irme podría ser mal percibido", ha declarado.

Sobre su relación con el anterior presidente, el exministro ha señalado que era cordial, si bien ambos mantenían enfoques muy distintos. "En casos de disputa la visión del presidente prevalece. Podría haberme ido, pero irse es una bomba atómica que puedes usar una sola vez", ha explicado, al tiempo que ha apuntado a que su visión de lo que debe ser un presidente se aproxima más a la que mantuvo Felipe González: "Todo Gobierno es una coalición en la que el ministro de Economía y Hacienda ha de llegar a un acuerdo con el resto de ministros. La visión del presidente ha de ser coincidente con la de Hacienda, pero Zapatero no lo veía así".

El antiguo vicepresidente económico ha recordado además sus últimos meses en el Gobierno: "Había una discrepancia importante en ese periodo. Algunos pensaban que, con un 40% de deuda pública, había que usar el margen fiscal que había para amortiguar la crisis. Pero yo no, porque ese margen de gasto debía estar topado para lograr un cierto equilibrio presupuestario". A la vista de que el presidente, que era el responsable de la decisión final, tomaba otro camino, "yo prefererí marcharme", ha asegurado.

Y es que semanas antes, según Solbes, había mandado un documento no oficial al presidente (titulado Una estrategia para la recuperación de la economía española) en el que le conminaba a emprender una serie de reformas ineludibles (muchas de las cuales se han estado aplicando desde 2010). A pesar de que al entorno de Zapatero no le consta la existencia de ese informe "sin sello ni registro, el documento existe", ha recalcado Solbes.

De haberse llevado a cabo las recetas que recomendaba ese documento (un contrato laboral único, claúsulas de descuelgue de los convenios...) Solbes no se ha atrevido a imaginar qué hubiera ocurrido: "Es ciencia ficción, pero la contaminación de la deuda soberana debido a Grecia hubiera ocurrido igual, aunque hubiéramos ganado un año de reformas", ha explicado.

El exvicepresidente ha optado por no comentar la labor de sus sucesores en el Ejecutivo, si bien sí que cree que la economía española "ha tocado fondo" y se aventura una recuperación. "Lo lógico es que las perspectivas mejoren; hay una posibilidad de que a partir de ahora entremos en una senda de crecimiento lento", ha augurado.

En el ámbito personal, Solbes reconoce que mantiene un contacto desigual con aquellos con los que compartió puestos de responsabilidad. "Depende de la relación que tenía de antes". Así, con el exgobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, un antiguo amigo, sigue manteniendo una relación fluida. No así con el exministro Miguel Sebastián ni con el exdirector del FMI, Rodrigo Rato.

"Con Pizarro [su rival en las elecciones de 2008] el tema es distinto. Tenía una buena consideración de él antes del debate y la he seguido teniendo después. Creo que el debate fue un ejemplo por el tono. Es una pena que Pizarro no se quedara en la política", ha subrayado.