Después de trece días de huelga en el servicio de limpieza viaria, la ciudad de Madrid ha comenzado este lunes a recuperar poco a poco la normalidad, con el regreso de los trabajadores a sus puestos desde la pasada noche y mil toneladas de basura recogidas desde la madrugada del viernes.

Los trabajadores del turno de noche de las empresas concesionarias del servicio de limpieza viaria —FCC, Sacyr-Valoriza, OHL-Ascan y Cespa— volvían a coger los cepillos a medianoche tras casi dos semanas de paros y lo mismo sucedía a primera hora del día con los empleados del turno de mañana.

Los propios trabajadores calculan que la ciudad no recuperará un aspecto limpio al menos hasta el próximo miércoles, explica el portavoz de UGT, Juan Carlos del Río, pues los trabajadores deben emplearse a fondo para retirar completamente los cientos de toneladas de basura y desperdicios acumulados.

Las empresas de limpieza viaria tendrán desde este lunes y hasta el jueves, día 21, para recuperar la normalidad y, a partir de esa fecha, empezarán a aplicarse los indicadores de calidad empleados por la administración para calcular los pagos a las adjudicatarias.

La empresa pública Tragsa, a la que el Ayuntamiento encargó el pasado viernes que asumiera los servicios mínimos, ha retirado mil toneladas de basura desde la madrugada del sábado al domingo, que serán depositadas en el centro de tratamiento de residuos del parque tecnológico de Valdemingómez.

Según fuentes del Ayuntamiento de Madrid, la planta de Valdemingómez —que concentra todas las instalaciones de tratamiento de residuos urbanos de Madrid— tiene suficiente capacidad para gestionar este volumen adicional de basura a través del procedimiento habitual. Las mismas fuentes señalan que el balance de daños al mobiliario urbano con motivo de la huelga se eleva a 596.666 euros y han resultado afectados 1.556 contenedores y papeleras.

Los sindicatos han anunciado además la desconvocatoria de la manifestación con la que este martes querían agradecer a los ciudadanos su "apoyo" durante la huelga, para "evitar" altercados por el "cabreo" que han generado entre el colectivo las declaraciones de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.

En una comparecencia pública, Botella pidió la modificación de la ley de huelga para evitar el incumplimiento de los servicios mínimos y sostuvo que el fin del conflicto no va a suponer ningún despido gracias a la reforma laboral, unas palabras que han suscitado numerosos críticas.

El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Jaime Lissavetzky, ha indicado que las declaraciones de Botella le han producido "un auténtico sonrojo" y ha apostillado que "no hay nada más contrario a la reforma laboral de Rajoy que la negociación colectiva".

Desde IU, Ángel Pérez ha considerado "curioso" que la misma alcaldesa "a la que le gusta desregular todo" se "atreva" a decir que "lo único que hay que regular es un derecho fundamental de los trabajadores", tras lo cual ha calificado a Botella de "liberal de pacotilla".

Tras el cierre de la huelga, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha felicitado a la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, por resolver el conflicto a través de "un ejercicio de autoridad" que no ha tenido coste para los ciudadanos.

El portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria, ha expresado su satisfacción y ha destacado la labor del Ayuntamiento de Madrid, ya que, a su juicio, "ha acelerado" el acuerdo entre trabajadores y empresas para resolver el conflicto.

Los trabajadores del servicio de limpieza viaria votaron en asamblea a favor del cierre del conflicto tras acuerdos en la noche del viernes y la madrugada del sábado sobre el convenio del sector y los ERE planteados por las empresas, que finalmente no incluirán despidos, sino expedientes de regulación de empleo temporales de 45 días.