Serán trasladadas a otros lugares de la región o de España, debido a su sobrepoblación.
Un informe de la Dirección General del Medio Natural resalta que la población de cabras montesas hispánicas se duplica cada cuatro años.
Desde hace tres lustros se ha pasado al pasar de 25 en 1990 a más de 700 en 2007.
La última cabra autóctona de la comunidad fue abatida por un cazador en los años 80 en el valle de Lozoya.
Esto llevó a que el Ejecutivo regional pusiera en marcha en 1990 un proyecto de repoblación de esta especie.
Los riscos de La Pedriza se , en la zona norte de la región, 25 cabras montesas procedentes de la sierra de Gredos.
El proyecto tuvo tanto éxito que la Consejería de Medio Ambiente considera ahora que hay sobrepoblación.
Por ello, los rumiantes triscan ahora en otras dos zonas de la Sierra del Guadarrama, como el monte conocido como Hueco de San Blas, cerca de Miraflores de la Sierra y un núcleo más pequeño en Peñalara.
Sobrepastoreo
Una vez las cabras bajen a cotas más bajas, los recién instaladas captureros atraparán a los ejemplares a través de comida.
En la zona de destino se colocaron cercones de aclimatación higiénicos hasta que los animales salvajes se acostumbren a su nuevo hábitat, momento que se procederá a su suelta.
Traslado al Atazar
En 2005, la Xunta de Galicia, presidida entonces por Manuel Fraga, manifestó su interés por hacerse con 100 cabras madrileñas para repoblar la sierra de Invernadoiro, en Orense.
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