Otoño, el país de las setas

Si un producto es sinónimo del otoño es la seta. Las primeras lluvias del otoño ya nos traído el que es uno de los alimentos de temporada más preciados por su sabor y textura.

Por sus aromas, colores, sabores y formas, las setas son la estrella culinaria de este último tercio del año. Además, tienen pocas calorías y un alto contenido en proteínas y minerales, como el fósforo, el hierro y el potasio.

Existe en nuestro país una inmensa variedad de setas y hongos. El otoño es un paraíso para los amantes de las setas. Su consumo está muy extendido, pero hay que saber diferenciarlas porque –y nunca se insistirá lo bastante– algunas no son comestibles.

Las más populares son el níscalo o rovellón y la seta de cardo. Esta última se puede encontrar durante todo el año porque se cultiva, aunque nunca será tan sabrosa como “cazada” en el bosque.

Los níscalos son abundantes y admite muchas preparaciones culinarias: se pueden cocinar a la brasa, a la parrilla, guisado, en sopa, salteado, en vinagre y hasta crudo.

La reina de las setas tal vez sea la trufa, pero tras ella están la amanita césarea, más conocida como oronja, y la colmenilla. La seta de moda es el boletus edulis, que ya se puede encontrar durante todo el año.

Además, hay que contar con el rebozuelo, también conocido como cantarela o Seta de San Juan y la trompeta de la muerte, que tiene forma de cuerno.

Algunas de las preparaciones más habituales, además de las tradicionales y sabrosas setas a la plancha, son el revuelto de setas, el arroz con setas, el pollo con setas al vino o el guiso de carne con setas.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!