Como si del argumento de un película se tratara, la belga Els Clottemans está acusada, movida por los celos, de haber provocado la muerte de su íntima amiga, Els Van Doren, al manipular el paracaídas de esta última antes de saltar desde 4.000 metros el pasado mes de noviembre.
Según averiguaciones de la policía, las dos mujeres (una, la supuesta asesina, de 37 años, y la otra, la víctima, de sólo 22), compartían amante, el holandés Marcel, que también saltó con ellas, junto con una cuarta persona, el día de fatídico suceso.
Al parecer, Marcel se las arreglaba para quedar los viernes con la más joven en Opglabbeek, en la provincia de Limburgo, y los sábados en un hotel de Eindhoven, en Holanda.
El día de la tragedia, la joven Els Van Doren saltó del avión y no pudo activar ni el paracaídas principal ni el de emergencia, cayendo con estrépito en un jardín ante la mirada de algunos testigos, y grabándose la caída desde la cámara que la belga llevaba en el casco.
Las investigaciones posteriores de la policía demostraron que los paracaídas no se abrieron porque las cuerdas que los unían con la válvula de activación estaban cortadas.
Dos meses después del accidente, la policía ha detenido a Els Clottemans, que ahora está a la espera de juicio, si bien esta ha negado en todo momento su participación en el suceso.
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