La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía ha organizado una jornada formativa sobre la recogida de muestras para el diagnóstico del decaimiento del arbolado en explotaciones de dehesa. El encuentro, dirigido a los técnicos de asesoramiento del proyecto Life+BioDehesa (www.biodehesa.es), se celebrará este viernes 8 de noviembre en el Laboratorio de Sanidad Vegetal de Sevilla, perteneciente a la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía (Agapa).

De esta manera, los participantes podrán aplicar esta metodología en las fincas de dehesa colaboradoras del proyecto que conforman la Red de Dehesas Demostrativas, con el fin de poder identificar con certeza la presencia de patógenos implicados en el decaimiento del arbolado, como el hongo de podredumbre radical 'phytophthora cinnamomi', y poder establecer, en su caso, las medidas de gestión recomendables, ha explicado la Junta en una nota. Tras recibir unas nociones teóricas sobre la seca y recibir el material necesario para la toma de muestras, los técnicos del Life asistirán a una demostración práctica en campo en el parque del Alamillo.

Con la celebración de este encuentro se pone en marcha el Servicio para el Diagnóstico de la Seca, una de las acciones contempladas en el marco del proyecto Life+BioDehesa (LIFE11BIO/ES/000726), coordinado por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio y dotado con un presupuesto de 7.921.436 euros, cofinanciados al 49,72 por ciento por la Unión Europea.

El Life+BioDehesa tiene como principal objetivo promover la gestión sostenible e integral de las dehesas andaluzas, con el fin de mejorar el estado de la biodiversidad. Entre sus acciones se incluyen algunas específicas sobre la seca, como pueden ser el diseño de protocolos para la detección de las causas y diagnóstico de la incidencia de la seca o para la prevención de la infestación de patógenos en el material vegetal de reproducción.

Capacidad de respuesta frente al deterioro

Este proyecto permitirá asimismo fortalecer la capacidad de respuesta de las dehesas de Andalucía frente a su deterioro, envejecimiento y vulnerabilidad ante el cambio climático, además de demostrar que es posible desarrollar en estos enclaves una gestión integrada y respetuosa con la conservación de la biodiversidad.

El carácter demostrativo del mismo se pondrá de manifiesto en las fincas en las que se aplicarán las distintas prácticas de manejo recomendadas para prevenir la aparición de la seca y la extensión de los focos existentes, como encalados, tratamientos con sales fosfóricas, instalación de cajas nido para favorecer las poblaciones de insectívoros como lucha biológica contra plagas o buenas prácticas selvícolas. Otro de los ejes fundamentales del proyecto consiste en la transferencia del conocimiento científico disponible al sector a través de la formación de un servicio de asistencia técnica que asesore a los propietarios en materia de dehesa en general, y de seca, en particular.

La seca de los Quercus es uno de los problemas fitosanitarios más importantes en Andalucía y buena parte de la Península Ibérica, ya que compromete la estabilidad y persistencia de ecosistemas tan importantes en el ámbito mediterráneo como son las dehesas y el monte encinar y alcornocal. La hipótesis más aceptada sobre la naturaleza y origen de la seca la considera como decaimiento forestal, esto es, un síndrome complejo producido por la interacción conjunta de factores bióticos y abióticos intercambiables —selvicultura inapropiada, climatología desfavorable e incidencia de plagas y enfermedades concretas—. Su acción conjunta sobre el árbol conduce al deterioro progresivo de su estado fisiológico, pudiendo acabar con su muerte.

Andalucía cuenta con algo más de 1,25 millones de hectáreas de dehesa (unas 6.500), lo que supone aproximadamente el 17 por ciento del territorio regional y la mitad de la superficie española de este ecosistema, de 2,4 millones de hectáreas. Los principales enclaves se encuentran en Sierra Morena y las serranías gaditanas, aunque también, de manera dispersa, por las sierras Subbéticas y, en las campiñas.

Su origen se encuentra en el aclaramiento y limpieza de los bosques originarios de encinas y alcornoques para integrar múltiples aprovechamientos asociados (cultivos, ganadería, pastos, caza, leña, corcho, etc.) sin alterar los equilibrios ecológicos. Actualmente, las principales actividades económicas se ligan al corcho, al cerdo ibérico, el ganado ovino y el toro de lidia.

Además de su función agropecuaria y de albergar numerosas especies emblemáticas y valiosas como el lince ibérico, el águila imperial o el buitre negro, las dehesas desempeñan un papel clave en territorios en los que apenas hay otras alternativas económicas. La producción de alimentos de gran valor añadido, la lucha contra la erosión del suelo, la fijación de CO2 o el gran potencial para el desarrollo de la agricultura ecológica y el turismo rural, constituyen algunos de los beneficios que aportan las dehesas.