Disfrutando de las gachas manchegas en tierras del Quijote

  • Las lagunas del Camino de Villafranca, de las Yeguas y de la Veguilla, son reservas naturales y colonias de aves acuáticas.
  • La postal manchega más universal son los Molinos de Campo de Criptana.
  • En la cueva de Medrano de Argamasilla se cree que Cervantes inició El Quijote.
Una figurita de Don Quijote.
Una figurita de Don Quijote.
Michael Hugues
Una figurita de Don Quijote.

El primer diccionario de la Real Academia Española dice que las gachas son “un género de comida compuesta de harina y miel, suelta con agua, y cocida al fuego. Algunos añaden azeite, arrope, ajos fritos u otras cosas, conforme al gusto de cada uno”. No lo dice ese libro de 1734, pero las humildes gachas son uno de los platos más significativos de cocina de La Mancha.

Desde hace 15 años, la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Alcázar de San Juan organiza el segundo fin de semana del mes de noviembre el Concurso Nacional de Gachas. Se elaboran las gachas con la harina de almortas (hecha con unas legumbres llamadas titos o almortas), se asan viandas en las barbacoas y se comparten porrones de vino.

En Alcázar, además de este concurso, se celebra cada 28 de diciembre, desde el siglo XVIII, uno de los carnavales más tempraneros de España. En esta localidad hay que ver el conjunto palacial, formado por el Cubillo, la capilla de palacio y la torre del Gran Prior, de origen almohade y que da nombre a la localidad. También la iglesia de Santa María La Mayor, que conserva la pila donde fue bautizado Cervantes y el Museo de Alfarería de La Mancha, memoria de uno de los oficios perdidos de la región.

A las afueras se encuentran tres extensos humedales: las lagunas del Camino de Villafranca, de las Yeguas y de la Veguilla, reservas naturales y colonias de aves acuáticas.

Más lagunas. En Pedro Muñoz está la laguna de la Vega, buen ejemplo de los humedales manchegos. El Centro de Interpretación El Humedal de Don Quijote organiza recorridos por las lagunas para observar las aves.

Gachas, lagunas y múltiples reverencias a Cervantes y al Quijote. La postal manchega más universal es la sierra de los Molinos de Campo de Criptana. Tres siguen en pie (Sardinero, Burleta e Infanto) y algunos pueden visitarse por dentro. El Sardinero se pone en funcionamiento el primer domingo de cada mes para mostrar cómo era la molienda en otros tiempos. En Campo de Criptana hay que probar las almortas, que se comen fritas, como aperitivo.

Argamasilla de Alba es otro lugar cervantino. Varios estudios creen que fue en la cueva de Medrano donde Cervantes estuvo preso e inició su célebre novela. Desde allí se llega a la cola del embalse de Peñarroya, con un imponente castillo medieval vigilando el cauce del Alto Guadiana.

Finalmente, en Tomelloso más gachas: aquí servidas con salchichas, chorizo y una guindilla.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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