El colesterol malo crece con una dieta rica en grasas y proteínas además de baja en hidratos

  • Según un estudio, la suma de ambos factores supone un aumento de los niveles de colesterol, lo que a su vez causa mayor riesgo cardiovascular.
  • El colesterol malo creció un 41% con la dieta baja en hidratos.
  • Se aconseja que un 50% de la energía total sea en forma de hidratos de carbono.
Un test para medir el colesterol en sangre.
Un test para medir el colesterol en sangre.
GTRES
Un test para medir el colesterol en sangre.

El primer problema, el primer riesgo, es seguir una dieta con muchas grasas y proteínas. Pero este riesgo es aún mayor si además nuestra alimentación diaria es baja en hidratos de carbono. Según un estudio de la Universidad de Oslo, la suma de ambos factores da como resultado un aumento de los niveles de colesterol.

Esta investigación ha observado en mujeres que los niveles de colesterol total y de LDL-Colesterol (el colesterol malo) crecen considerablemente con una dieta baja en hidratos de carbono y rica en grasas y proteínas. Ello a su vez es causa de un mayor riesgo cardiovascular.

El estudio se realizó en un grupo de mujeres sanas con normopeso (es el peso normal de una persona respecto a su estatura, es decir el Índice de Masa Corporal (IMC) ideal, a las que se administró durante cuatro semanas una dieta normocalórica con un bajo contenido en hidratos de carbono (20-25 g/día), con un 2-5% de la energía total en forma de hidratos de carbono, un 67-78% de la energía en forma de grasas, mientras que las proteínas representaron el 1-31% de la ingesta energética total.

Las cifras medias de colesterol en sangre al inicio del estudio fueron de 158,51 mg/dL y de LDL-Colesterol, de 85,07 mg/dL, pasando, tras el seguimiento de la dieta baja en hidratos de carbono, a 201,03 mg/dL y 119,88 mg/dL, respectivamente, con un incremento porcentual en las cifras de colesterol total de un 33% y en las de la fracción LDL-Colesterol de un 41%.

Mejor una dieta equilibrada que una dieta cetogénica

Según explica la doctora Beatriz Navia, profesora titular del Departamento de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid y portavoz de la campaña 'Pan cada día', este tipo de dieta se corresponde con las denominadas dietas cetogénicas, llamadas así por los cuerpos cetónicos que producen, en las cuales se reduce el contenido en hidratos de carbono, a la vez que se aumenta, de forma proporcional, el aporte de proteínas, y especialmente el de grasas, para compensar la disminución de los hidratos de carbono.

En este tipo de dietas se consumen, casi de forma exclusiva, carnes rojas, embutidos, pescados, quesos, huevos y grasas diversas, dejando un mínimo consumo de frutas y verduras y quedando prohibidos alimentos como el pan, la pasta, el arroz, las legumbres, la leche o el azúcar.

Esta experta recuerda que hay que tener en cuenta que el perfil calórico aconsejado en una dieta equilibrada incluye un 10-15% de la energía total en forma de proteínas, un 20-35% en forma de grasas y más del 50% de ésta en forma de hidratos de carbono por lo que los cereales (pan, pasta, arroz, etc.) y las legumbres, alimentos con un alto contenido en carbohidratos, deben constituir la base de la alimentación.

"Las dietas cetogénicas se vienen empleando desde hace décadas con el fin de perder peso y, si bien es cierto que conducen a una bajada del mismo, presentan múltiples efectos negativos en la salud, por lo que no son dietas recomendables para adelgazar", advierte la doctora Navia.

A diferencia de una dieta hipocalórica equilibrada, con un bajo contenido en grasas, "las dietas cetogénicas generan una pérdida importante de masa magra y un aumento de los niveles de ácido úrico, lo que incrementa el riesgo de sufrir gota o cálculos renales. Además, al ser ricas en grasas saturadas y colesterol, aumentan el riesgo aterosclerótico, tal y como se ha demostrado en este estudio".

Este tipo de dietas provoca la movilización del calcio óseo, favoreciendo la aparición de osteoporosis, advierte. Pueden conducir, al ser bajas en fibra, al padecimiento de estreñimiento severo y, al eliminar los alimentos ricos en carbohidratos, que a su vez contienen determinadas vitaminas y minerales, pueden ocasionar deficiencias de algunos micronutrientes.

Por ello, aunque la obesidad constituye un un tema complejo, una dieta hipocalórica convencional, variada (que incluya todos los alimentos) y equilibrada, con una cantidad adecuada de proteínas, grasas e hidratos de carbono, en la que se reduzcan las raciones consumidas pero se mantengan las proporciones, acompañada de ejercicio físico, es la recomendación de esta experta como la forma más saludable para perder peso.

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