Respuestas desde EE UU sobre el espionaje: "Los países no tienen amigos, tienen intereses"

  • Jefes de la Inteligencia estadounidenses y analistas sostienen que el espionaje no es cosa única de la NSA.
  • El Director Nacional de Inteligencia, James Clapper, aseguraba esta semana que otras naciones también espían a Obama.
El jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
El jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
EFE
El jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

El Gobierno de EE UU ha optado por escudarse en que todos los países espían ante la crisis de confianza manifestada por sus aliados, especialmente en Europa, que consideran que las prácticas de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) sobrepasan los límites de lo permisible.

En este 2013 "ya no existe la privacidad". Si la canciller alemana, Angela Merkel, o el jefe del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, "piensan que son inmunes a la disponibilidad masiva de información personal y privada están profundamente equivocados", argumentó esta semana Steffen Schmidt, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Iowa.

"Los rusos, los chinos, los franceses y sí, también los estadounidenses, están llevando a cabo vigilancia minuto a minuto de importantes objetivos", anotó este analista.

Marc Fisher, columnista del The Washington Post, parafrasea al estadista británico del siglo XlX Lord Palmerston para recordar que "los países no tienen amigos, tienen intereses", al sostener que espiar a naciones extranjeras aliadas "no viola las prácticas habituales de las relaciones internacionales".

"Por supuesto" que Obama es espiado

En esa misma línea de argumentación se están moviendo los jefes de la inteligencia estadounidense. El Director Nacional de Inteligencia, James Clapper, dijo este martes en una audiencia ante el Congreso que tratar de determinar las intenciones de los líderes extranjeros, ya sea mediante un acercamiento a ellos o accediendo a sus comunicaciones, es una "máxima fundamental" de los servicios de espionaje de cualquier país.

Al ser preguntado sobre si cree que naciones amigas espían al presidente Barack Obama o a otros líderes estadounidenses, Clapper respondió tajante: "Por supuesto".

Mientras, el director de la NSA, el general Keith Alexander, dejó claro en la misma audiencia que son "completamente falsos" los informes de prensa acerca de que esa agencia recopiló millones de registros telefónicos de ciudadanos en Francia, España y otros países europeos.

Según Alexander, fueron los socios de la OTAN los que proporcionaron a EE UU esos datos, recopilados en diferentes lugares del mundo como parte de un programa para proteger los intereses militares de todos estos países.

Para el profesor Schmidt, ni Merkel ni Rajoy son "un blanco específico" del espionaje estadounidense, sino únicamente una parte de "un sistema de inteligencia masivo" que incluye información recogida por la NSA y por entidades europeas similares.

A su juicio, el gran problema es que en algunos aspectos los terroristas "han cambiado la naturaleza de los gobiernos democráticos", obligándolos a tratar de "encontrar una aguja en un pajar de billones de comunicaciones".

"Seamos honestos (...) Todo el mundo está escuchando a todo el mundo. Pero no tenemos los mismos medios que Estados Unidos y eso nos pone celosos", admitió recientemente en una entrevista radiofónica el ex ministro francés de Exteriores Bernard Kouchner. En la misma línea, el columnista conservador Patrick J. Buchanan, que fue director de comunicaciones de la Casa Blanca entre 1985 y 1987, escribió esta semana que "al final de la Guerra Fría las viejas tácticas y medidas no se dejaron de lado, sino que se mejoraron".

"Pero, ¿por qué espiamos? ¿Es realmente para hacer frente a una amenaza terrorista? ¿O es por qué tenemos la capacidad para hacerlo, y cuanta más información tengamos, incluso robada de amigos y aliados, será mejor?", cuestiona Buchanan.

La Casa Blanca, por instrucción de Obama, ha ordenado una revisión de los programas de la NSA que estará lista a finales de año y que tiene por objeto garantizar, como han repetido en los últimos días varios funcionarios, que EE UU espía no porque "puede", sino porque "debe".

Y también ha dejado claro que Obama no sabía del espionaje a aliados como Merkel hasta que ordenó esa revisión el pasado verano a raíz de las filtraciones sobre las operaciones de la NSA realizadas por Edward Snowden, ex analista de esa agencia. Ahora esa revisión "debe conducir a un mayor control político y responsabilidad sobre las operaciones sensibles en el extranjero, empezando por el presidente", pedía este martes el diario The Washington Post en un editorial.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento