La historia del bosque 'discreto'

  • El Bohemian Club, fundado en 1872, forma uno de los más exclusivos y poderosos grupos humanos de la Tierra.
  • Se reúnen una vez al año en su propio bosque de secuoyas milenarias.
  • En las ‘charlas del lago’, ponentes de prestigio ponen en circulación las ideas y mensajes que serán hegemónicos la siguiente temporada.
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Almuerzo de socios en el Bohemian Grove alrededor de 1920
Almuerzo de socios en el Bohemian Grove alrededor de 1920
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Almuerzo de socios en el Bohemian Grove alrededor de 1920

Son entre 2.000 y 3.000 hombres (y solo hombres). Se reúnen una vez al año (tal vez no todos), desde hace 140, durante la segunda quincena de junio, en un bosque milenario del que son propietarios (2.700 Ha) y al que está absolutamente prohibido el acceso para cualquier otro mortal. Las únicas mujeres que admiten (solo de día y desde hace pocos años) son las camareras y asistentas. El resto del tiempo están solos. Es un auténtico campamento de verano, en el que los participantes charlan, discuten, beben, escuchan música, hacen teatro y deciden, además de participar en juegos y ‘cosas de hombres’.

El Bohemian Club fue fundado en 1872 en San Francisco (California, EE UU) por un pequeño grupo de periodistas, escritores, actores y  abogados. Tenían claro que el club debía incluir a hombres con dinero y cerebro, por lo que el Bohemian fue un club de élite desde el principio.

Desde su fundación se ha transformado de un club enfocado en el arte y la cultura en una organización ‘discreta’ de poderosos personajes, al más puro estilo del Club Bilderberg o la Trilateral.

Los apellidos de sus miembros pueden no ser conocidos del gran público, pero son los ‘dueños’ de Occidente, los poderosos de verdad. William Randolph Hearst o David Rockefeller fueron miembros. Entre los actuales socios (de variados sectores económicos, sociales y culturales) son significativos, especialmente, los del sector de la industria del armamento y la alta tecnología: los propietarios o directivos de empresas como Bechtel; Hewlett-Packard; Monsanto; AT&T; Northrop; Westinghouse; General Electric; General Dynamics; Rockwell International; Boeing ; UTC... Hay muchos políticos: presidentes como Eisenhower, Reagan, Nixon, George Bush (y su hijo George W.); secretarios de Estado como Kissinger o Caspar Weinberger; y destacados políticos conservadores como Richard Cheney (vicepresidente con Bush) o Donald Rumsfeld. Entre los estudiosos del BC se asegura que la decisión de fabricar la bomba atómica se tomó una tarde de junio bajo los secuoyas.

El club está organizado alrededor de unas 120 ‘casas’ (minicampamentos) de entre 15 y 20 socios, repartidas por el bosque. Agrupan a sus miembros en función de su perfil profesional e intereses. La más prestigiosa es la Mandalay, a la que pertenecen Kissinger e importantes contratistas militares y empresarios. Las instalaciones de cada casa varían: las hay rústicas (con baños y duchas comunes) y las hay con todas las comodidades. El bosque incluye tres teatros al aire libre, un comedor para todos los asistentes al campamento y un restaurante con escenario. Más de 100 pianos se reparten por todo el recinto. La música suena a todas horas.

Reina un espíritu de camaradería. Cada ‘casa’ tiene bar, y todo es gratis. Se pasan el día bebiendo (y orinando al aire libre, según testigos presenciales). El lema del club, Las arañas que tejen no vienen aquí (del Sueño de una noche de verano, de Shakespeare), sugiere que los miembros deben dejar sus preocupaciones fuera del campamento. Pero no es así.

Por las mañanas, a la sombra de los hermosos árboles, se organizan charlas y conferencias. Se ponen en circulación las ideas y mensajes que van a preponderar la siguiente temporada. Son las llamadas ‘charlas del lago’: ponentes de prestigio (premios Nobel, políticos invitados de todo el mundo) dan su visión sobre temas de actualidad. A menudo, las ideas que circulan acaban convirtiéndose en políticas reales. En 1981, por ejemplo, el secretario de Defensa de Reagan, Caspar Weinberger, dio una charla titulada Rearmando a EE UU; poco después, el Gobierno de Reagan lanzaba la Guerra de las Galaxias e iniciaba la carrera armamentística. Oh, casualidad.

El símbolo del club es el búho, al que honran la última noche de cada campamento en un ritual conocido como Quema de las preocupaciones. Un enorme búho de piedra es testigo de una ceremonia en la que los hombres más poderosos del mundo juegan con fuego disfrazados de sacerdotes paganos. Esa noche son como niños.

Ricos, anónimos y pacientes

El Bohemian Club comenzó comprando 160 Ha de un bosque (Bohemian Grove) de secuoyas, al norte de San Francisco, y no dejó de comprar hasta que, en 1944, alcanzó las 2.700 Ha actuales. Nunca ha publicado el número de socios ni sus nombres. Se suele esperar de 15 a 20 años para ingresar y la cuota de entrada es de 25.000 dólares.

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