Una plataforma alicantina, Playas Familiares, presenta hoy su propuesta para un litoral con un uso menos atrevido.

Además de no tener cabida la falta de ropa de baño, sus impulsores exigen infraestructuras accesibles para discapacitados o carritos de bebé, así como más vigilancia para evitar que los más pequeños se extravíen.

E instan a que se respete al menor «guardando el decoro en el vestir y en el comportamiento». De igual modo, piden a las autoridades  que limpien de manera más exhaustiva estas riberas con el objetivo de que sus hijos no se accidenten con cristales o jeringuillas.

Esta causa, de ideas tradicionalistas, nació en Alicante hace un año y esta tarde, a las 19.00 h, la presentan oficialmente. Ya han recogido alrededor de 10.000 firmas en apoyo de sus reivindicaciones.

Su principal empeño, según define su presidenta, María Isabel Martínez Aznar, «es demostrar que es preferible lo mejor a lo peor, lo cuidado a lo descuidado, la elegancia al destape, el buen gusto a la zafiedad».

Aunque es consciente de que «no es sencillo porque flotan en el aire las brujas que en Macbeth recitaban a coro ‘lo hermoso es feo y lo feo es hermoso; revoloteemos por entre la niebla y el aire impuro’», en alusión a los dudosos criterios de cierta estética actual.

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