Salas abarrotadas, colas interminables y hambre, mucha hambre, de cine. En plena crisis, la Fiesta del Cine (que empezó este lunes y acaba este miércoles) convocó a cientos de miles de personas en toda España a hacer algo cada vez menos habitual: ver una película en una sala. El director de comunicación de la Asociación de Exhibidores, Borja de Benito, analiza lo ocurrido y justifica el porqué el cine no cuesta, todos los días del año, 2,90 euros.

¿Cómo valora el enorme éxito de la primera jornada de la fiesta del cine?

Muy positivamente... Y como una prueba más de algo que ya sabíamos: a los españoles les gusta el cine. Hay hambre de cine.

Entonces... ¿Por qué no bajan el precio de las entradas?

No es tan sencillo. La clave no ha sido sólo bajar el precio, sino concentrar la demanda en tres días específicos. Esa es la clave: el corto plazo.

Pero sí podrían hacer una fiesta del cine cada semana.

Muchos cines ya lo hacen, a través de tarjetas de fidelización, de concursos en redes sociales... La fiesta del cine de estos días es muy grande, porque participan muchos cines en ella, pero hay otras muchas ofertas.

¿Es tan caro el cine como dicen?

Es una percepción que está en la cabeza del consumidor. Evidentemente, si lo comparas con piratear una película, que es gratis, sale caro. Porque ese es el problema: el hábito de mucha gente que sabe que, en Internet, tiene toda la cartelera gratis. Por eso, cuando tienen que pagar una entrada, el cine les parece caro, sin valorar la calidad de la proyección o la experiencia incomparable que supone ver cine en una sala.

¿Ha afectado la subida del IVA tanto como dicen?

Sí, pero no sólo la de las entradas sino la subida impositiva general. A la gente le llega el sueldo muy justo a final de mes, se ha reducido la capacidad adquisitiva y eso afecta a la inversión en ocio. En vez de ir al teatro se van a dar una vuelta al parque, y en vez de ir al cine se descargan una película en Internet.

¿Cómo están los exhibidores?

Viviendo una situación muy dura. Pero también hay rayos de esperanza, como demuestra esta fiesta del cine. Hay demanda. El objetivo es ser capaces de movilizarla durante todo el año.

¿Cómo pueden hacerlo?

A base de ofertas. Mejorando la comunicación. Quizá, haciendo dos fiestas del cine al año...

¿Les sorprendió la avalancha de público de ayer?

Sabiamos que tendríamos una gran acogida, pero es verdad que no hasta este punto. Aunque tampoco es sorpresa... Es mucho agradecimiento, porque parece que puede repertirse a lo largo de los tres días.

¿Tienen futuro las salas de cine?

Sí. Siempre se irá a las salas, siempre será una opción de ocio, películas para proyectar y gente en los cines. Eso sí; nos enfrentamos a una fuerte subida de tipo impositivo, al cambio tecnológico que supone cambiar los proyectores de 35mm por los digitales, y a una piratería galopante que complica aún más la situación.

¿No es demasiado sencillo echarle, siempre, la culpa a la piratería?

No, porque es una realidad. España es el único país en el que baja la recaudación en salas, y sólo hay dos diferencias respecto a otros países de nuestro entorno: el tipo impositivo, más alto, y la piratería. Francia, Alemania o Italia, donde las taquillas están creciendo, no sufren ese problema.

¿Es verdad que las entradas son más caras en España?

Ese es otro de los grandes mitos... En España se puede ir al cine por cuatro euros, y hay pocos países en Europa en los que eso sea posible. No hay por qué comprar palomitas, refrescos, pueden buscarse ofertas de la sala...

¿Cómo valora el cierre de salas históricas?

La demanda se ha desplazado. La demanda de ocio, en general, se ha ido orientando más al centro comercial que al centro urbano. Antes, se iba al centro de la ciudad a cenar y al cine, pero ahora la gente prefiere ir a un centro comercial, donde tiene muchas opciones de ocio, tiendas, restaurantes y hasta aparcamiento. Es normal.

En resumen... ¿No es mejor que vayan 300.000 espectadores por tres euros a que vayan 1.000 por nueve?

No, porque no funciona así. No es matemático... Si la fiesta fuese todo el año, no veríamos esas cifras. Y no pueden venderse todas las entradas, todos los días a todas horas, por tres euros, porque mantener un cine abierto supone un coste elevadísimo.