El Museo Revello de Toro de Málaga, ubicado en la casa-taller de Pedro de Mena, ha inaugurado este miércoles su nueva exposición temporal, 'Primeras Obras (1935-1949)', que profundiza en los años de infancia y de juventud del pintor malagueño. Se trata de "un noble reencuentro entre la pintura de mis comienzos y la de hoy", en palabras del propio autor.

La muestra está compuesta por 11 pinturas, muchas desconocidas por el gran público, que permiten al visitante acercarse a la etapa de formación del artista malagueño como dibujante y como pintor.

"Se trata de retratos que, lejos de difuminarse, recobran hoy nuevos contrastes", ha manifestado Félix Revello de Toro durante la presentación de la muestra, reconociendo que todos ellos tienen "una carga emocional" que pervive en la actualidad.

Por su parte, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha destacado lo significativo que resulta "desde la atalaya de 2013 mirar hacia atrás y encontrarse obras del pasado y a su autor", que ya en sus inicios "mostraba una maestría que apuntaba manera".

"Estamos ante un prodigio de la pintura y es una satisfacción que esta exposición demuestre estas cualidades tan potentes y tan precoces", ha resaltado, valorando la vinculación de la pintura de Revello de Toro con los temas de Málaga.

Los fondos de la muestra proceden del Ayuntamiento de Málaga, la Diputación Provincial y colecciones particulares. Se podrá visitar hasta el 12 de enero de 2014 en el horario habitual del museo: de martes a sábados, de 10.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas, y los domingos y festivos, de 10.00 a 14.00 horas.

Primeros pasos artísticos

La exposición comienza con la obra más temprana realizada con solo nueve años. Según ha señalado el director de la pinacoteca y del Museo del Patrimonio Municipal (MUPAM), Elías de Mateo, comisario, además, de la muestra, "con el trasfondo del final de la II República, la Guerra Civil y la posguerra, aquel Revello niño se va convirtiendo primero en un adolescente y luego en un joven que manifiesta unas dotes y unas cualidades excepcionales para las artes plásticas".

Con solo nueve años, en 1935, dibuja en el despacho de su padre al 'Cristo de Mena' en lo que él considera su primera obra, donde muestra una precocidad inaudita, ha apuntado, añadiendo que "los años siguientes vienen marcados por la adversidad: la temprana muerte de su padre, la guerra y las estrecheces económicas de la familia". Pero pronto, sus cualidades y dotes excepcionales llaman la atención en el mundo cultural de la ciudad de Málaga.

También se muestran dos obras de su época escolar en los Maristas y los Jesuitas cuando realizó el dibujo del 'Jesús del Gran Poder', de 1938, y óleos como el pequeño bodegón 'Rosas', de 1940, con el que ganó, con solo 13 años, el premio Nogales, convocado por la Diputación.

En él aparecen ya unas dotes extraordinarias para las naturalezas muertas con una utilización muy madura de la luz, de los brillos plateados y una pincelada suelta y certera, ha subrayado De Mateo.

La pintura religiosa está presente también en su etapa juvenil como creador, y de esta temática se puede contemplar en la muestra 'La Verónica enjuga el rostro de Jesús', una obra de 1948 realizada para la Hermandad de Viñeros, que resuelve casi como si fuese un boceto.

Los siguientes años vienen marcados por su marcha a Madrid para estudiar Bellas Artes en la Academia de San Fernando tras ganar una beca convocada por el Ayuntamiento de Málaga. Como contraprestación, envió dos obras al Consistorio que permanecen en la colección municipal.

De ellas se expone 'El niño del pájaro', de 1945, con la que "pone de relieve el inicio de una línea pictórica que mantendrá hasta la actualidad como pintor de niños, con un tratamiento amable, luminoso y risueño de la figura", ha destacado De Mateo. La luz es también protagonista de 'Jugueteo', de 1949, también propiedad del Ayuntamiento de Málaga.

Cuando Revello de Toro regresa a Málaga en vacaciones se entusiasma contemplando las obras del Museo de Bellas Artes. Allí, estudiando y copiando a los maestros del siglo XIX lo descubre el marqués de las Escalonias, que le encarga varios retratos familiares como el de su padre, Arturo Meliveo Muñoz (1945). También destacan los de su tía Luisa, o el de su amigo Juan Antonio Rando.

El retrato de Sebastián Souvirón vestido de académico y con todas sus condecoraciones es un ensayo general con un resultado satisfactorio para afrontar los futuros encargos de retratos oficiales que marcarán una parte muy importante de su producción, ha comentado el comisario.

Ésta despegará definitivamente ya en los años 50 tras concluir con premio extraordinario sus estudios en Madrid, ampliándolos más tarde en Roma y ganando la cátedra de Dibujo en la Escuela de Bellas Artes La Llotja de Barcelona.