El Reina Sofía presenta 'Mínima resistencia', un visión del arte moderno como algo pasado

  • La exhibición reúne obras nunca vistas y nuevas adquisiciones del museo que estarán expuestas desde este miércoles y hasta el 6 de enero.
  • Fotografías, pinturas, carteles, esculturas y vídeos muestran la visión crítica de artistas como Fischli & Weiss, Miguel Ángel Campano o Pepe Espaliú.
  • La presentación incluye material donado por asociaciones como Guerrilla Girls o Radical Rai en contra de la discriminación y la homofobia.
Sala Mínima resistencia de la exposición del mismo nombre que acoge el Museo Reina Sofía hasta el 6 de enero.
Sala Mínima resistencia de la exposición del mismo nombre que acoge el Museo Reina Sofía hasta el 6 de enero.
MUSEO NACIONAL REINA SOFÍA
Sala Mínima resistencia de la exposición del mismo nombre que acoge el Museo Reina Sofía hasta el 6 de enero.

Lo moderno como algo ya concluso. Así podría resumirse la exposición que el Museo Nacional Reina Sofía de Madrid inaugura este miércoles. Bajo el nombre Mínima resistencia. Entre el tardomodernismo y la globalización: prácticas artísticas en las décadas de los 80 y 90, la muestra repasa a través de fotografías, pinturas, carteles y vídeos dos décadas marcadas por cambios políticos, la llegada de Internet y acontecimientos como la Expo de Sevilla o los Juegos Olímpicos de Barcelona.

El museo presenta una selección de obras de los fondos de su colección nunca expuestas hasta ahora y nuevas adquisiciones. Una visión enmarcada en el proyecto Los usos del arte de la red de museos europeos L'Internationale que estará abierta hasta el 6 de enero de 2014. Si bien la muestra es la primera de una serie de futuras presentaciones que pretenden acercar al público un arte desarrollado durante una época de transición.

"El enfoque actual supone una falta de perspectiva", explica Manolo Borja-Villel, director del museo y comisario de esta exposición, que busca "analizar de dónde venimos y hacia dónde vamos".

La exhibición transmite el desencanto de casi 100 artistas de todo el mundo con los efectos de la globalización y el neoliberalismo. El recorrido comienza con Allan Sekula, que presenta una fotografía obrera como elemento de archivo. Su trabajo La escuela como fábrica muestra la escuela y el puesto de trabajo como lugares para moldear al ser humano y donde se centran las relaciones sociales.

Las grandes pinturas denuncian un "naufragio de la historia", explica Borja-Villel. Entre ellas se encuentran los trabajos de Miguel Ángel Campano, uno de los autores clave en la renovación de la pintura española.

La obra de Fischli & Weiss da título a la exposición. En ella, Oso y Rata —'alter ego' de los autores disfrazados— "duermen permanentemente" en medio de la sala para reivindicar la pereza. Una transgresión de lo absurdo y la parodia con la que la pareja de artistas se cuestionan el arte en una época en la que el sistema lo absorbe todo.

La exposición incluye una gran dosis de reivindicación. Material donado por asociaciones como Guerrilla Girls y Radical Gai representan un grito contra la homofobia, la discriminación de la mujer y la marginación de los portadores del virus del Sida. En este sentido, se conmemora el trabajo de Pepe Espaliú con el visionado sus Carrying (performances callejeras en solidaridad con los portadores del VIH).

El género en disputa

En la década de los 70, las artistas feministas se centraron en la visibilidad de su obra. Sin embargo, ya en los 90, se inicia un período que reflexiona entre ideología, cuerpo y lenguaje. Jo Spense figura con piezas como Remodelando la historia, que saca a debate la identidad y la diferencia sexual.

La caída del muro de Berlín en 1989 o la invasión de Irak de 1991 marcan un tiempo artístico en el que "la imagen se entiende como discurso" y surge el "cuestionamiento de la historia tradicional", detalla Borja-Villel mientras recorre las 13 salas de la tercera planta del Museo Reina Sofía.

Temas que tampoco se salvan de las críticas de los artistas de esta época son la institucionalización del arte y los modelos arquitectónicos dominantes. Casi al final de la muestra se encuentra Arte de armario, de Juan Luis Moraza: un juego de sábanas y manteles con el Estatuto de los Trabajadores de 1980 serigrafiado.

Como respuesta a celebraciones clave de 1992 (apertura de la Feria de Arte Contemporáneo ARCO, la Expo de Sevilla o los JJ OO de Barcelona) surgen colectivos críticos como Estrujenbank, formado por Patricia Gadea, Dionisio Cañas, Mariano Lozano y Juan Ugalde. Por primera vez, se presenta una selección de estos autores, donada por el poeta Dionisio Cañas.

Mínima resistencia termina con la sala Modernidad como pasado, donde los artistas enfatizan en lo escenográfico, abordan la modernidad como referente de nuevas investigaciones y exploran los lenguajes de este pasado tan reciente.

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