Aznar llama a impedir que ETA encuentre en "sus socios políticos" oxígeno para "sobrevivir a su derrota"

Cree que cualquier iniciativa destinada a "disculpar o disimular la cruda realidad" merece "un rechazo rotundo y ejemplarizante"
El expresidente del Gobierno José María Aznar
El expresidente del Gobierno José María Aznar
FAES
El expresidente del Gobierno José María Aznar

El expresidente del Gobierno José María Aznar ha realizado un llamamiento a impedir que el terrorismo y su "proyecto destructivo" encuentre en "sus socios políticos", en alusión a EH Bildu, oxígeno para "sobrevivir a su derrota operativa". Además, ha asegurado que "abandonar la violencia no puede ser solo renunciar a su uso", sino reconocer que "nunca se debió emplear" y que debe haber un sometimiento a las Leyes.

En pleno debate del Plan de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, Aznar ha advertido de que cualquier iniciativa destinada a "disculpar o disimular la cruda realidad" de la historia y la trayectoria de ETA, merece "un rechazo rotundo y ejemplarizante".

Durante su intervención en la presentación en San Sebastián del libro de víctimas del terrorismo 'Cuando la maldad golpea', el expresidente del Ejecutivo central ha afirmado que "la historia del terrorismo en España es demasiado cruel" como para ignorar "todo lo que las víctimas han sufrido".

A su juicio, "el testimonio de la vida arrebatada o herida, física o emocionalmente, da fuerza y claridad moral para continuar una tarea inacabada aún: la victoria de la democracia española y la derrota completa e incondicional del terrorismo; el rechazo a su presencia entre nosotros y a que fuerce o condicione nuestros actos".

José María Aznar ha lamentado que "hay quien se esfuerza en cambiar la forma en que se cuenta su historia, en ocultarla, en mentir sobre ella e incluso en que aparezcan como culpables de su propio sufrimiento y de que las cosas 'no se muevan'".

"Todavía hoy, el sentido de la muerte y del dolor de las víctimas está en disputa, social y políticamente; todavía hoy, el sentido de su sacrificio no ha sido fijado como debe y merece", ha destacado.

Además, ha señalado que "en la política vasca siempre se ha hablado mucho de normalización" y, con ello, se ha pretendido "elevar a 'normal' lo que no lo era". "Hoy, de nuevo se busca la normalización del silencio, la normalización del olvido, de la confusión, no sólo histórica, sino también moral", ha denunciado.

A su juicio, si hay "alguna normalización pendiente es la de los valores: el valor de la vida; de la libertad; de la ley; de la solidaridad y de la convivencia cívica".

Con el objetivo de lograr un futuro en el que el terrorismo no exista, ha recordado que el partido y los gobiernos que él presidió "se empeñaron en un compromiso que rechazó la resignación y el desistimiento".

Para el expresidente del Gobierno central, si se quiere "un futuro sin terror", no se puede "actuar como si no hubiera existido". "Seríamos responsables de una injusticia radical con las víctimas y cometeríamos un error político de dimensiones históricas", ha aseverado.

Tres condiciones para el fin del terror

En esta línea, ha afirmado que "el camino que ha llevado a los mejores éxitos frente al terrorismo ofrece pocas dudas", y ha subrayado que "un futuro libre del terror, libre de su sombra y de su amenaza", exige tres condiciones.

La primera de ellas sería "la aplicación de la ley con todas sus consecuencias; la acción efectiva y continuada del Estado de Derecho", las FSE, los jueces y el sistema penitenciario.

La segunda supondría "impedir que el terrorismo, su trayectoria criminal, su proyecto destructivo, sus medios y sus fines, encuentre en sus socios políticos el oxígeno que le permita sobrevivir a su derrota operativa".

"Estamos viendo cómo el maquillaje con el que consiguieron volver a la legalidad se les cae a pedazos y cómo sale su verdadera cara, la de la intimidación y el insulto como antesala de la violencia que nunca, nunca han dejado de justificar", ha añadido, para criticar que quieran "volver a la impunidad y que los vascos vuelvan al silencio".

Aznar ha señalado que la tercera condición es la de "afirmar que el terrorismo ni tiene ni ha tenido justificación, que es radicalmente ilegítimo, que ningún asesino puede reclamar volver con la cabeza alta o que se le reconozca que hizo bien en matar, salvo que estemos dispuestos a que otros sigan ese perverso ejemplo llevados por el enaltecimiento de la violencia y de sus autores".

"No puede haber compromiso sobre el dolor de las víctimas, ni acercamientos en el sufrimiento de víctimas y terroristas. No puede haber equiparación entre las consecuencias de la violencia que elige el terrorista —la clandestinidad y la cárcel— y el sufrimiento de la víctima, que no elige serlo", ha apuntado.

Planes que "eluden las verdades"

Por ello, ha dicho que "hay que estar alerta frente a tanta retórica envolvente de informes, proyectos y planes que eluden las verdades esenciales".

En su opinión, es necesario "establecer el sentido de haberse enfrentado al terror del modo más valioso" y "fijar que las víctimas no han sido un instrumento del terrorismo para lograr sus fines, sino la mejor expresión de la resistencia ante él".

En su opinión, es necesario "hacer que sea cierto que todo valió la pena porque no había otro camino digno, y que ese camino nos ha conducido a donde queríamos llegar: a una victoria que ha de producirse en nuestros propios términos, en los de los demócratas, y no en los suyos, en los de los terroristas".

Además, ha indicado que no se trata sólo tener a las víctimas en la memoria, sino de reconocer "su impagable generosidad. Por ello, ha manifestado que "hacer justicia es preservar intacta la libertad por la que muchos han muerto; hacer que la derrota efectiva del terror sea la culminación del pacto constitucional y convivencia".

José María Aznar ha remarcado que "hacer justicia pasa por comprender que a los terroristas no se les pide opinión sino responsabilidades" y que las instituciones deben "hacer sean cumplidas en los términos más estrictos que la ley prevé".

"sin negociar nada"

"Hacer justicia es entender que unos merecen vencer y otros merecen ser derrotados, que la victoria ha de ser de las víctimas y su memoria sobre el relato infame que enaltece a sus victimarios.

Hacer justicia, en suma, es que nosotros ganamos y que ellos pierden. Aquí no hay dos bandos negociando nada", ha recordado.

Por ello, ha advertido de que, "cualquier iniciativa política destinada a contextualizar, disculpar, disimular o interpretar la cruda realidad de lo que el terrorismo ha hecho y para qué, no merece más que un rechazo rotundo y ejemplarizante por parte de quienes afirmamos la nación de ciudadanos". A su entender, hay que oponerse a "un camino que sólo interesa a los terroristas, a sus cómplices y a sus beneficiarios".

Tras apuntar que "el principio de la mayoría sólo rige dentro de la democracia, no fuera de ella", ha indicado que, "dentro de la democracia, solo pueden estar quienes respetan la libertad y los derechos de todos".

"Ninguna mayoría puede disculpar, silenciar o convalidar el asesinato, la coacción o la amenaza. Abandonar la violencia no puede ser sólo renunciar a su uso desde ahora, debe ser también el reconocimiento expreso de que nunca debió ser empleada. Y junto a ese reconocimiento debe estar el consecuente sometimiento a las leyes", ha precisado.

Aznar ha señalado que "no se trata de crear condiciones nuevas en las que la violencia carezca de sentido para el terrorista", sino que establecer "la idea de plena vigencia social que la violencia nunca ha estado justificada, que España no la merecía, que nada legitima el terrorismo; que las víctimas son absolutamente inocentes y que los terroristas son absolutamente culpables".

"Algunos han querido crear la mentira de que no existían las víctimas, la ficción de que las víctimas existen, pero que no lo han sido de nadie o, si acaso, de una circunstancia o de un conflicto. Y eso es una falsificación aberrante", ha aseverado.

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