La Policía Nacional ha detenido a un hombre de 30 años, O.H.H., como presunto autor de 20 robos en el interior de vehículos desde el pasado mes de mayo, que cometía mientras sus conductores paraban cerca de las guarderías y colegios de la ciudad para dejar a sus hijos.

Entre lo sustraído figuran 1.500 euros en metálico, quince teléfonos móviles, algunos de ellos de alta gama; dos ordenadores portátiles, un collar y dos pares de gafas de sol, han informado fuentes policiales en nota de prensa.

Al acusado, con doce detenciones anteriores y que ingresó en prisión, se le imputan trece delitos de robo y dos de hurto y cinco faltas de hurto en el interior de vehículos, así como una falta de estafa, todos ellos con características comunes.

La mayoría de los robos ocurrieron en la zona de Joaquín Bustamante, Ciudad Jardín y la Bajada del Caleruco de Santander, aunque en el ultimo mes se había desplazado a la Avenida Reina Victoria y alrededores.

La Policía recuerda que el pasado 25 de julio alertó públicamente sobre el incremento de hurtos y robos en interior de vehículos mientras los padres dejaban a sus hijos en las guarderías.

Estos hechos venían ocurriendo desde el mes de mayo y la Policía contaba con la descripción del autor, que siempre actuaba a primera hora de la mañana en calles donde había guarderías y colegios.

El hombre aprovechaba el momento en el que las victimas aparcaban el coche en las proximidades, a veces cerrado y otras no, mientras acompañaban a sus hijos, dejando sus pertenencias a la vista dentro del vehículo, confiando en que no les robarían, por ser por poco tiempo.

El acusado, conocedor del escaso tiempo que tenia para cometer el robo, fracturaba la ventanilla del copiloto, cogía el bolso, cartera o teléfono móvil que había quedado depositado sobre el asiento de ese lado, sin revolver nada más para no perder tiempo.

Así el pasado 8 de octubre, y durante un servicio de vigilancia dentro de la llamada 'Operación Babero' que la Policía estableció cerca de centros educativos, observaron a un individuo, conocido de la policía y principal sospechoso, que corría por la calle Reina Victoria en dirección al Palacio de Festivales, donde se le perdió la pista.

A continuación un testigo refirió a los agentes que acababa de ver como un hombre fracturaba la ventanilla de un coche que estaba estacionado junto a una guardería y salía corriendo, ocultando algo entre las ropas. En este caso y según denuncia posterior, resultó ser un bolso que contenía un teléfono móvil, documentación y algunas piezas de bisutería.

La policía acudió al encuentro del sospechoso en su domicilio en la Albericia, donde fue detenido poco después, incautándole unos pendientes que la última victima reconoció como suyos y un martillo para romper cristales.

El detenido pasó a disposición el día 11 y el juez decretó su ingreso en prisión.