La madre de la niña fallecida en 2008 con síntomas de abusos sexuales y maltrato ha coincidido en la versión ofrecida por el padrastro en el juicio oral, y ha defendido que las lesiones que le constan de los días previos a su fallecimiento fueron las que se hizo al caer de la bicicleta y las quemaduras que sufrió como consecuencia de haberse quemado con el agua caliente del grifo de su casa.
Por lo tanto, ha dicho desconocer el resto de lesiones que aparecen en el informe forense y que han sido relatadas por el abogado de la acusación, Evaristo Llanos, como los hematomas en las caras internas y externas de los muslos "como si la hubieran agarrado"; lesiones en las muñecas, en los antebrazos, en el reverso de los labios de la boca o los múltiples golpes del estómago.
En cualquier caso, ha negado tajantemente que ella o su marido agredieran a la niña. "Jamás la hemos golpeado", ha asegurado la madre, quien ha explicado que solo le constan los golpes que el hermano mayor le dio con una correa un día antes de fallecer, tras caer de la bici y enfrentarse con el tercer hijo, el más pequeño.
En el caso de las quemaduras, las ha achacado a que el grifo de casa funcionaba invertido, y las señales del monomando no se correspondían con las temperaturas, de forma que al activar el agua caliente salía fría y viceversa.
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