Polémica beatificación en Tarragona de 522 religiosos asesinados durante la Guerra

  • Es la mayor ceremonia de estas características de la historia de la Iglesia.
  • Se espera la asistencia de 25.000 personas. Han confirmado su presencia el ministro de Justicia y del Interior, además del presidente del Congreso.
  • Asociaciones laicistas y de reparación de víctimas del franquismo consideran que es "un acto político y un insulto" y piden al Papa que se suspenda.
Tarragona ultimaba este viernes los preparativos para acoger la mayor beatificación de la historia, no exenta de polémica.
Tarragona ultimaba este viernes los preparativos para acoger la mayor beatificación de la historia, no exenta de polémica.
Jaume Sellart/Efe
Tarragona ultimaba este viernes los preparativos para acoger la mayor beatificación de la historia, no exenta de polémica.

Tarragona ultima los preparativos para convertirse este domingo en el escenario de una beatificación masiva de 522 religiosos, casi todos asesinados durante la Guerra Civil, en un acto solemne en el que se espera la asistencia de más de 25.000 personas. Este acto ha levantado polémica entre asociaciones laicistas y de reparación de víctimas de la dictadura franquista, que han solicitado al Papa que suspenda el evento.

Denominada oficialmente "la Beatificación del Año de la Fe" y considerada la mayor de la historia, la "macro beatificación" del domingo se celebrará en el Complejo Educativo de Tarragona -la antigua Universidad Laboral-, en medio de un importante dispositivo de medidas de seguridad.

La Conferencia Episcopal Española (CEE), organizadora del acto, ya ha anunciado que no permitirá ni banderas ni pancartas y el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, ha destacado que se trata de un acto "meramente religioso".

Al acto solo se podrá acceder con invitación o acreditación, y para entrar en el recinto, situado al lado de la autovía de Salou, se ha dispuesto un servicio especial de autobuses lanzadera desde la ciudad, donde se han habilitado zonas de aparcamiento cerca del puerto.

El Arzobispado espera la llegada de unos 300 autobuses procedentes de distintos puntos de Cataluña -territorio de donde son la mayoría de los futuros beatos- y de toda España, y de más de un millar de vehículos particulares. Para atender a los asistentes se han movilizado alrededor de 800 voluntarios.

La plaza del Complejo educacional, donde se celebrará el acto, se ha preparado como un gran templo al aire libre, presidido por murales con las fotografías de los mártires en una gran estructura de 26 metros de largo por 14 de altura y un altar de 30 metros. La idea, según avanzó el secretario de comunicación Juan Antonio Martínez Camino en el acto de presentación de la beatificación, es que el cardenal Angelo Amato, que presidirá el acto, vaya descubriendo los rostros uno a uno para mostrarlos a la multitud.

Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, es el enviado especial del Vaticano para esta beatificación, a la que asistirán 104 obispos. Han confirmado su asistencia el presidente de la Generalitat, Artur Mas; los ministros del Interior, Jorge Fernández Díaz y de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, según la Conferencia Episcopal.

Se han dispuesto también pantallas gigantes y 5.000 sillas en un campo anexo de rugby, lo que suma más de 14.000 asientos.

Rechazo y protestas

La beatificación masiva ha levantado críticas y rechazo por parte de algunos sectores y entidades, como la Plataforma per la Laïcitat i la Dignitat que ha recogido más de 1.700 firmas en contra del acto, unas firmas que ayer entregó al arzobispo Pujol.

La plataforma considera que la ceremonia es "un acto político y también un insulto" a los que perdieron a sus familiares durante la guerra.

"Nosotros queremos que este acto sea puramente religioso" y no político, insistió el arzobispo de Tarragona, tras reunirse con la plataforma por la laicidad. La Iglesia recuerda que fueron asesinados por su condición de monjas y sacerdotes.

Por otra parte, la Plataforma per una Comissió de la Veritat sobre els crims del Franquisme ha escrito una carta al papa Francisco en la que exigen que la Iglesia pida perdón por "dar su apoyo" al golpe militar y a la dictadura franquista y solicitando que se suspenda la masiva beatificación.

Los remitentes de la carta consideran que se trata de un "acto político de afirmación franquista ya que exalza unas víctimas y olvida, com siempre, a las víctimas de la dictadura".

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