Toñi Moreno presenta, desde el pasado 26 de agosto, Entre todos, que se emite a diario en La 1 (16.15 h). El programa, concebido como un espacio de servicio público para canalizar peticiones de ayuda y propuestas de apoyo, no para de crecer en audiencia, aunque también ha sido muy criticado por el Consejo General del Trabajo Social, que le ha acusado de "sustituir los derechos sociales por la caridad, sin respetar la dignidad de las personas".

Comenzaron el 26 de agosto con un 7,7% y el jueves pasado alcanzaron su máximo con un 10,7% pese a las críticas, denuncias y polémica. ¿Contenta a pesar de los pesares?

Muy contenta: estamos respondiendo a las expectativas. Quiero no defraudar a quien me contrata, pero sobre todo estamos ayudando a salir adelante a cuatro familias a la semana. Y eso es lo que más me importa. Fíjate que en ese programa con que logramos el máximo conseguimos unas prótesis para que una persona pudiera volver a andar. Hubo 800 llamadas para ayudarla.

¿De verdad no le afectan las críticas del Consejo General de Trabajo Social?

No me preocupan excesivamente. Acepto todas las críticas, porque creo que todos pueden expresarse, pero aprendo sobre todo de las críticas constructivas. Si estamos ayudando a cuatro familias al día, ¿por qué alguien intenta que no se haga el bien? No lo entiendo. Es muy duro que ser hagan intentos para impedir que se haga el bien.

¿Le sorprende la solidaridad de la gente?

No hay un día que no me vaya de casa diciendo: ¡Qué barbaridad la generosidad! El ser humano  es bueno y sólo necesita un medio para demostrarlo. En este programa hay mucho respeto y no profundizamos en la pena. El mensaje es positivo. Obviamente  tenemos que contar lo que pasa, pero no somos sensacionalistas. Creo que es mucho más grave mirar hacia otro lado.

Así que para usted ‘Entre todos’ es una manera de mostrar cómo la televisión puede servir para asuntos importantes...

Es que estamos usándola para solucionar problemas graves. Mira, mi padre es agricultor y mi madre ha limpiado escaleras y cuida a un señor mayor. Yo no pude hacer Periodismo, tuve que hacer Derecho que era lo que había cerca de mi casa. Mi madre me dice que si entonces hubiera existido un programa como éste hubiéramos ido y yo habría hecho Periodismo.

¿Siempre ha querido ayudar a los demás?

Con once años escribí una carta al Rey porque mis padres estaban sin trabajo. Recuerdo la ilusión que yo tenía…  Y ahora se puede acudir a estos programas, la tele hace de puente entre los que necesitan ayuda y los que la pueden dar.

¿Echa de menos su tierra?

No, yo me voy a mi tierra todos los fines de semana. En Madrid, además, no tengo la sensación de ser inmigrante. Y en la tele me sigo sintiendo querida.

¿Se puede desconectar tras un programa como el suyo?

Es casi imposible. Es como el médico que opera, que se lo lleva a casa. El año pasado me afectó mucho, incluso tuve algún problema de salud. Pero soy una afortunada.

¿El programa más emocionante?

El que logramos 146.000 euros para unas prótesis de manos y pies para una mujer. Ya sólo por eso ha merecido la pena el viaje.