El Juzgado de Instrucción número ocho de Sevilla ha llamado este próximo miércoles a declarar, en calidad de testigo, a un antiguo mecánico de la sociedad Aparcamientos Urbanos de Sevilla S.A. (Aussa), participada en un 51 por ciento por la sociedad municipal Transportes Urbanos de Sevilla (Tussam) y antaño gestora del servicio de grúa de la ciudad hispalense. Su comparecencia se encuadra en el accidente laboral saldado con la muerte de un trabajador de Aussa allá por el mes de agosto de 2010.

Todo responde al accidente laboral ocurrido el 30 de agosto de 2010, cuando José María M.P., de 48 años de edad, prestaba servicios como operador de una grúa de Aussa, que por aquel entonces gestionaba el servicio municipal de retirada de vehículos. José María M.P. había accedido con la grúa que manejaba a las instalaciones de la Policía Nacional ubicadas en la avenida de Blas Infante, donde se disponía a depositar un vehículo intervenido por su presunta relación con un robo.

Tras apearse de la grúa en un área cercana a los laboratorios de Policía Científica, y siempre según la reconstrucción inicial de los hechos, el trabajador habría intentado sin éxito retirar los pasadores de la maquinaria. Después, se dirigió hacia la parte delantera de la grúa, una de cuyas ruedas se encontraba doblada en dirección hacia él. Al operar con el trabajador con el vehículo, éste habría reculado hacia atrás con la fuerza de la batería y la rueda le habría pisado un pie para después aplastarle la pierna, cayendo finalmente sobre él el contrapeso delantero de la grúa. El papel jugado por el mencionado contrapeso, de hecho, fue uno de los aspectos en los que más avanzó la investigación en aquellos momentos.

De cualquier modo, y según la documentación recogida por Europa Press, el Juzgado de Instrucción número ocho ha citado este miércoles a las 10,30 horas a Eduardo A.A., antaño mecánico de Aussa, para que comparezca en calidad de testigo. Este trabajador en cuestión fue despedido por Aussa en octubre de 2010 alegando causas disciplinarias, pero reconociendo a la par la empresa la improcedencia del despido.