No hace ni tres meses que Penélope Cruz dio a luz a Luna, su segundo retoño, y la actriz acudió a Londres para participar, junto a su marido, Javier Bardem, el también actor Michael Fassbender y el director Ridley Scott, la película El consejero.

La intérprete de Alcobendas, muy reservada con su vida privada con los medios españoles, confesó en rueda de prensa en la capital británica que le resulta muy difícil compatibilizar su vida profesional y familiar, si bien dejó claro que sus hijos Luna y Leo, junto con su marido, son "lo primero".

"Siempre he sido una persona familiar, desde que era una niña, esa es la forma en la que me he criado", aseguró Penélope, de 39 años. "Así que esa es mi prioridad. Pero tengo que trabajar, como todo el mundo, así que tendré que encontrar un equilibrio".

Penélope, vestida con un llamativo modelo rojo de Nina Ricci, demostró en Londres que se ha puesto en forma en muy poco tiempo después del parto, y se lamentó de que en esta nueva película, en la que comparte cartel con Brad Pitt y Cameron Diaz (con la que ya coincidió en Vanilla Sky), no tenga ninguna escena en común con su marido, Javier Bardem.

De momento, parece que la pareja de oscarizados actores tendrá que pasar un tiempo separados.

Penélope volverá a ponerse en manos de Fernando Trueba, que le lanzó a la fama con Belle Epoque, para protagonizar su próxima película, La reina de España, compartiendo cartel con Santiago Segura, Antonio Resines y Rosa María Sardà.

Entre tanto, Javier está terminando de rodar The Gunman, junto a Idris Elba y Sean Penn, y luego se embarcará en otra película estadounidense: A Most Violent Year, en la que compatirá protagonismo con Jessica Chastain (Criadas y señoras, La noche más oscura).