La compañía TEPCO, que gestiona la central nuclear de Fukushima (Japón), ha admitido este jueves que la última fuga de agua radiactiva ocurrida en la instalación se ha producido por "falta de precaución".
Los operarios de la planta descubrieron el jueves que se ha filtrado agua radiactiva desde la parte superior de uno de los tanques del reactor cuatro, donde se han detectado niveles de radiación de 200.000 becquerelios por litro, cuando el límite legal es de 30.
La eléctrica indicó que estaba segura de que el agua radiactiva había traspasado los sistemas de seguridad y de que se había filtrado al subsuelo, señalando que, probablemente, también había llegado al océano Pacífico.
Este viernes ha explicado que los cinco tanques del reactor cuatro están construidos en una pendiente y conectados por una red de tuberías, pero que el único que tiene un contador es el situado en la parte alta, según la televisión pública japonesa, NHK.
El agua radiactiva se ha filtrado desde uno de los tanques situados en la parte baja de la pendiente, por lo que ha reconocido que, si todos hubieran tenido un contador, podría haber detectado antes la fuga.
1.000 toneladas al día
El pasado 8 de agosto, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón reveló que diariamente se vierten al subsuelo 1.000 toneladas de agua desde la central, de las cuales unas 300 contienen sustancias altamente radiactivas que llegan al Pacífico.
Desde entonces, las fugas de agua radiactiva no han cesado y han hecho que en el último mes los niveles de radiactividad en Fukushima-1 se hayan disparado hasta picos de 130.000 becquerelios por litro, capaces de matar a una persona.
TEPCO sospecha que las fugas radiactivas se deben al desgaste de la resina que une las placas de acero que forman los tanques, a pesar de que se trata de un compuesto especial, precisamente, para evitar la permeabilidad.
En este contexto, el primer ministro, Shinzo Abe, ha anunciado que este mes pondrá en marcha un plan valorado en 21.000 millones de yenes (160 millones de euros) que recupera la vieja idea de congelar el suelo alrededor de los cuatro reactores dañados de Fukushima-1.
Proyecto listo en 2015
Las pruebas de viabilidad comenzarán en el reactor cuatro, en cuyo subsuelo se construirá un entramado de tuberías a las que se inyectará cloruro de calcio a menos 40 grados celsius para congelarlas, encerrando una superficie subterránea de diez metros cuadrados.
Se espera que el "muro helado" esté operativo hacia el próximo mes de marzo. Si funciona, los operarios de TEPCO construirán otros alrededor de los reactores uno, dos y tres de Fukushima-1. El proyecto estaría completado hacia 2015.
La Autoridad Reguladora de la Energía Nuclear (NRA), por su parte, ha decidido elevar del uno -que indica una "anomalía"- al tres -que indica un "grave incidente"- el nivel de alerta por las fugas de agua radiactiva desde Fukushima-1.
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