El hombre que pone firme a numerosos cocineros y restaurantes de toda España al frente de su programa Pesadilla en la cocina confiesa que "ver a 15 pedazos de cocineros batirse el cobre es apasionante", en referencia a su papel de jurado en Top Chef, el próximo programa de Antena 3.

En declaraciones a La hora de Luján, el programa de radio que presenta Luján Argüelles, Alberto Chicote (Madrid, 1969), opina que la gente que, como él, trabaja en el sector de la gastronomía son "generadores de felicidad".

Formado desde los 17 años en los fogones de restaurantes como "Lúpulo", "Sibaris" y "La Recoleta", este apasionado del rugby explica que la comida es "lo que más veces hacemos al día, más que dormir" así que "solamente con que logres ser feliz con lo que comes, tres o cuatro veces, te imaginas, una vida con tres o cuatro momentos de felicidad garantizados, ¡sería la de Dios!", exclama.

Preguntado sobre cómo consigue ser "el rey de la telegastronomía", Chicote contesta que no sabe, que "afrontó" el proyecto de Pesadilla en la cocina cuando desde la cadena privada se lo propusieron y que se quedó "de piedra" porque solo se había puesto "delante de una cámara en plan delantal-cocina".

Reconoce que trabajando le gusta "dar caña". "A veces parece que solo vas a dar zapatilla a la gente con la que trabajas, pero tanto yo como el resto del equipo tenemos el foco puesto en sacar este chiringuito adelante sea como sea", explica.

Sobre su profesionalidad a la hora de "darle la vuelta a un restaurante en una semana", el maestro de los fogones explica que "desde que hay un primer contacto" con el restaurante hasta que se graba "pasa bastante tiempo". En ese espacio se hace un estudio de mercado de la zona y se analiza que tipo de formato puede funcionar.

En este sentido, cree que "la mayoría de las veces podría ser en menos tiempo, porque no es tan difícil enseñar a alguien lo que no ha sido capaz de ver antes".

"Cuando a alguien le va mal su negocio ya ha preguntado a todo el mundo y, antes de cerrar, piensa y dice: ¿Y si llamamos a Chicote? Yo sé que nos llaman al final de todo", apostilla.

Chicote opina que el negocio de los restaurantes es "muy complejo" y tiene "un gran problema" que es "el intrusismo profesional", aunque reconoce que él tampoco se atrevería "a montar una ferretería, una farmacia o una agencia de viajes".

El cocinero califica Top Chef, ganador de dos premios Emmy y adaptado ya en 11 países, como un programa de "superación", dice que no conoce a nadie que "no haya cometido ningún error", pero "si" a mucha gente que los hace y "no los supera".

Para "ayudar" a estas personas se ha concebido el programa, "porque hay mucha gente que se equivoca y quiere remontar".

Amante de la cocina, solo detesta el huevo: "No lo soporto, lo aborrezco desde que era un chavalillo". Tanto es así que confiesa que, si tuviera que pedir tres deseos, uno de ellos sería que le gustara el sabor del huevo y que pudiera "disfrutar" comiéndolo.