Salvan a un águila electrocutada tras trasplantarle las plumas de las alas mediante injertos

  • La operación duró más de cuatro horas y fue llevada a cabo por cuatro personas divididas en dos grupos independientes.
  • El ejemplar, tras semanas de recuperación, ha podido unirse al paso migratorio que realizan los miembros de su especie por Cádiz.
El águila culebrera es un ave rapaz grande especializada en la caza de serpientes y otros reptiles. Las alas son largas y anchas.
El águila culebrera es un ave rapaz grande especializada en la caza de serpientes y otros reptiles. Las alas son largas y anchas.
Fundación Migres
El águila culebrera es un ave rapaz grande especializada en la caza de serpientes y otros reptiles. Las alas son largas y anchas.

Los técnicos del Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) Dunas de San Antón de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio han logrado recuperar un ejemplar de Águila culebrera (Circaetus gallicus) que había sufrido una grave electrocución por contacto con un tendido eléctrico. El animal fue sometido a una operación de más de cuatro horas durante la que se le trasplantaron todas las plumas de ambas alas y cola utilizando varillas de fibra de vidrio, un material ligero y fácil de trabajar, como nexo de unión entre las plumas dañadas y las nuevas.

El delegado territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Federico Fernández, ha felicitado a los técnicos del CREA por la dificultar de la operación realizada, ya que es "el primer caso" que se registra en el centro de un animal con todas las plumas totalmente calcinadas debido a una electrocución.

Cuando el águila fue trasladada al CREA de El Puerto de Santa María, presentaba una herida por electrocución en cada pata y todas las plumas de vuelo quemadas y totalmente inservibles para volar. Ante esta situación, los técnicos optaron por realizar injertos de plumas, ya que la muda del plumaje completo de manera natural tarda más de un año, lo que habría supuesto que el animal no pudiese migrar con su especie tras el verano.

Una operación muy complicada

Durante la operación se cambiaron todas y cada una de las plumas de vuelo, lo que supuso varias horas de trabajo, con cuatro personas divididas en dos grupos independientes para poder hacer la intervención "lo más rápido posible". Se utilizaron plumas de tres donantes diferentes (dos cadáveres y un ejemplar irrecuperable) que fueron sustituyendo a cada una de las plumas calcinadas. Las "nuevas" plumas permanecerán en el ave hasta que mude el plumaje de forma natural.

Asimismo, se trataron las heridas que el águila presentaba en las patas ante la pequeña posibilidad de que se conservara el riego sanguíneo debajo de las heridas. Se realizaron curas diarias las primeras semanas y tras dos meses de tratamiento las heridas cicatrizaron y el estado general del ejemplar fue bueno.

Tras las intervenciones, el águila fue trasladada a una instalación especial para realizar vuelos y poder ganar masa muscular y destreza, ya que el ave llevaba dos meses sin poder volar debido a las lesiones. Después de unas semanas de rehabilitación, el paciente ha sido liberado a principios de este mes en el Parque Natural de Los Alcornocales para que pudiera aprovechar el paso migratorio que realizan los ejemplares de su especie por Cádiz.

Generalmente, los pacientes que ingresan en un centro de recuperación tras una electrocución de fauna  suelen morir debido a las lesiones internas producidas. Las aves que sobreviven a un accidente de este tipo suelen presentar dos heridas, correspondientes a la entrada y a la salida de la corriente eléctrica, generalmente en alas y patas que evolucionan hacia la muerte de los tejidos, lo que supone la imposibilidad de recuperación del ave.

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