El 82% de aeropuertos españoles pierden pasajeros en 2013 por la crisis del viajero nacional

Una imagen del aeropuerto de Madrid-Barajas.
Una imagen del aeropuerto de Madrid-Barajas.
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Una imagen del aeropuerto de Madrid-Barajas.

Desde el inicio de la crisis en España es una imagen recurrente la de los aeropuertos vacíos o sin acabar: Proyectos millonarios, como en Ciudad Real o Castellón que no se han visto respaldados por una demanda real y han ocasionado fuertes pérdidas de dinero público o privado. En los últimos meses, sin embargo, se hace evidente la crisis del sistema aéreo español; tanto que en el segundo trimestre del año ha sido el cuarto de toda la UE que ha perdido más pasajeros, tal como señalan los datos del Consejo Internacional de los Aeropuertos.

Ocho de cada diez instalaciones aeroportuarias han perdido pasajeros entre enero y septiembre, según los últimos datos del gestor público Aena. De las principales infraestructuras, solo están al alza las que están situadas en destinos de sol y playa, aquellos que dependen más de los viajeros extranjeros: Palma de Mallorca (+0,5%), Málaga (+1,1%), Alicante (+7,8%), Tenerife Sur (+0,4%) e Ibiza (+2,1%). Del resto, prácticamente todos en declive.

Y es que la crisis del pasajero español es una de las razones que explica la caída de los aeropuertos españoles. Los viajes en avión efectuados por los residentes españoles han caído un 15,4% respecto al año pasado (según la última encuesta Familitur, del Ministerio de Industria), lo que ha tenido sus consecuencias en el tráfico aeroportuario nacional. Así, el descenso de pasajeros es especialmente fuerte en términos porcentuales en aeropuertos medianos o pequeños, como Asturias (-19,4%), Vigo (-19,3%) y Valladolid (-33%).

Otra de las razones que explican el declive de estas insfraestructuras es la caída de la oferta por parte de las propias aerolíneas. Al cierre de compañías como Air Comet se une que han descendido las rutas y trayectos ofrecidos por compañías grandes como Iberia, Easyjet y Ryanair, entre otras. La multinacional irlandesa, por ejemplo, redujo a principios de 2013 hasta un 12% sus vuelos en España, tras el incremento de las tasas impuesto por Fomento.

El Prat supera a Barajas

Especialmente fuerte (por su volumen) está siendo la caída en el número de pasajeros en el madrileño aeropuerto de Barajas. El que fuera durante años uno de los cuatro principales en el ámbito europeo, ha sido superado el pasado mes de agosto por El Prat, de Barcelona (3,8 millones frente a 3,9). En los primeros ocho meses del año, Barajas acumula un descenso del 14,3% en el número de viajeros en relación al año anterior; en este mismo periodo, El Prat ha caído también, pero apenas un 1%, lo que le permite haber adelantado a la infraestructura madrileña en agosto. Ante este panorama, el gestor aeroportuario ha anunciado que abrirá la infrautilizada T-4 a aerolíneas extranjeras.

Varias son las razones detrás de este adelantamiento. El principal, la crisis en España: el 50% del tráfico aéreo en Barajas es de origen nacional; en cambio, en El Prat, apenas supone un 30%. Madrid es un destino sin el atractivo del sol y playa, y por lo tanto con poca pujanza en verano, mientras que Barcelona está apostando con fuerza por el turismo vacacional: La vocación de El Prat es mirar al exterior, y prueba de ello es que los viajes intercontinentales aumentaron un 10,6% en un año. Los turistas y visitantes extranjeros que llegan a España no se han visto tan golpeados por la crisis, por lo que "tener un porcentaje distinto en el origen de la venta es clave en los resultados", explican fuentes oficiales de Iberia.

Precisamente la compañía aérea de bandera española (ahora integrada en AIG) es otra de las causas que explican la crisis de Barajas. Iberia tenía entre sus planes crear un gran hub en la Terminal 4 (que costó más de 6.200 millones de euros) que consolidara a Madrid como uno de los centros internacionales de conexión de vuelos. Sin embargo, la difícil situación financiera de la compañía ha obligado a paralizar estos planes y cerrar numerosas líneas, lo que ha recortado en un 14% el número de viajeros. El incremento del 21% en el número de viajeros por parte de Air Europea no ha sido suficiente para reemplazarla.

Desde Iberia explican que, si bien los datos están ahí, no es esta la única aerolínea que ha reducido su tráfico. Ni siquiera la que más lo ha hecho. "Hay otras compañías, especialmente las low cost, que han reducido oferta. Incluso Easyjet suprimió su base de operaciones, que estaba en Madrid", alegan. La compañía británica redujo así su oferta en un 40%, mientras que Ryanair lo hizo en un 26%. Precisamente la compañía irlandesa ha trasladado parte de su negocio hasta Barcelona.

En El Prat está triunfando un modelo de negocio más enfocado a las aerolíneas de bajo coste, que traen a viajeros de todo el mundo seducidos por la mezcla de cultura y sol y playa de la marca Barcelona. Tanto es así que la compañía Vueling ha anunciado que creará 76 nuevas rutas directas desde el aeropuerto catalán.

El 'low cost', al alza

Las estadísticas de pasajeros muestran el cambio de tendencia que está experimentando el negocio de las aerolíneas. Las compañías de bandera están en retroceso y las de bajo coste cada vez ganan más cuota de mercado. Los datos son claros: entre enero y agosto llegaron a España 44 millones de viajeros por medio aéreo. De estos, el 54,6% vinieron en empresas de low cost, según los datos de Turespaña.

Mientras el bajo coste está ganando cuota y aumentado su oferta en aeropuertos como El Prat (un 6,6% en agosto), en Madrid-Barajas ha sufrido un desplome del 20,6% en el pasado mes. Una de las causas es que las tasas aeroportuarias de la infraestructura madrileña son más altas: Hasta un 10% y un 15% de diferencia entre Madrid y Barcelona. Estos costes adicionales suponen una pérdida de competitividad inasumible para compañías que operan con márgenes de explotación tan bajos, y Barajas cada vez les compensa menos.

Junto al low cost, la proliferación de nuevas líneas de AVE ha supuesto una dura competencia para las aerolíneas, lo que a su vez ha repercutido en una menor afluencia a los aeropuertos. Solo como dato, en 2011 el puente aéreo Madrid-Barcelona trasladó a 1,4 millones de personas, frente a los 2,5 millones que ya usaron la alta velocidad ferroviaria. El INE lo corrobora: Cada vez hay más viajeros de tren y menos de avión.

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