El colegio público Claudio Moyano (en el distrito madrileño de Chamberí) ofrece un "programa bilingüe, con enseñanza del idioma inglés". La web EducaMadrid (plataforma de la Consejería de Educación) también publicita a este colegio como un "centro preferente de alumnos con trastornos generalizados del desarrollo (TGD), del espectro autista". Sin embargo, los niños que estudian en sus instalaciones comenzaron el curso (hace dos semanas) sin un profesor habilitado para impartir inglés ni un pedagogo terapéutico para el aula de integración, según denuncia un grupo de padres de alumnos en una carta remitida a la Consejería de Educación.

"Es totalmente surrealista que falten docentes tan importantes en un centro de estas características. Es un caos para los niños, sobre todo para los que tienen necesidades específicas", protesta Cristina Ureña, madre de un alumno con síndrome de Asperger. "Cuando empezamos faltaban profesores de inglés, de lenguaje y matemáticas, de educación física (que también imparte en inglés) y una pedagoga terapéutica. En estos días han ido llegando algunos, pero con cuentagotas, en lugar de tenerlo preparado desde verano", se queja Alejandro, otro de los padres.

Este viernes (precisamente tras la llamada de 20minutos), la Consejería de Educación remitió un fax al colegio informándoles de que, por fin, les habían asignado el profesor de inglés que les faltaba, según fuentes del centro.  La Consejería explica que la dirección del centro "comunicó las bajas laborales durante la primera semana y la Comunidad procedió en ese momento a convocar las vacantes. La profesora de TGD se incorporó de forma inmediata y los otros esta semana [por la pasada]". El centro ya tiene "su plantilla docente al completo" y "los alumnos han tenido garantizada la atención educativa desde el primer día", añaden desde Educación.

Pero, según los padres, la pedagoga que contrataron "no se trata de una persona con experiencia y ahora la están formando; no desconfiamos de su capacidad, pero nuestros hijos necesitan una persona cualificada", apunta Ureña. "Antes había otra especialista que ya conocía a los niños y ellos la conocían a ella. Pero la echaron para no hacerla fija. Eso no se puede hacer con alumnos con trastornos del espectro autista, que requieren una continuidad y una atmósfera de confianza y afecto con los profesionales", añade esta madre.

"No es normal que no tengan previstos los profesores necesarios desde antes de que empiece el curso. Con estos retrasos afectan a los niños de todos los cursos, ya que el centro se ve obligado a utilizar los docentes existentes para cubrir las bajas", explica Alejandro. La dirección del centro rehusó hacer declaraciones a este periódico, aunque la madre Cristina Ureña quiso agradecer que la directora y los profesores "están trabajando a tope para intentar normalizar el día a día del alumnado".

Los problemas de personal no son exclusivos del Claudio Moyano, sino que se han extendido por otros centros públicos madrileños en el inicio de curso. Como publicó este periódico, la consejera Lucía Figar reconoció que en el curso pasado había 3.500 profesores menos que antes de la crisis. Ese recorte se ha consolidado en el año académico que acaba de arrancar. También es generalizada la falta de personal de apoyo (integradores sociales o enfermeros), a quienes no se les renueva para no hacerles fijos. "Cualquier padre de cualquier colegio de Madrid puede dar fe del caos generalizado en los centros públicos por la falta de profesores", concluye Ignacio, otro de los padres del Claudio Moyano.