Madeleine Z., de 69 años, y militante por el derecho a una muerte digna, se quitó la vida el pasado viernes en Alicante, asistida por dos voluntarios, que la libraron de seguir padeciendo la enfermedad progresivamente paralizante que la aquejaba.
Los dos voluntarios que la ayudaron a llevar a cabo su decisión eran compañeros de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD).
Madeleine era francesa y viuda, y padecía Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), y se quitó la vida mezclando fármacos con helado.
"Quiero dejar de no vivir. Esto no es vida", dijo Madeleine según El País. "A partir de que conseguí la solución, me sentí aliviada".
Un médico asesor de DMD señaló que su caso fue "excepcional por su planificación y serenidad".
La difunta era viuda desde hacía 20 años y deja un hijo de 35 años, que hacía tiempo que no vivía con ella.
Madeleine eligió quitarse la vida después de Navidad para no perturbar las fiestas de su hijo y sus nietos.
Vivía con ELA desde 2003.
La Policía Nacional está instruyendo un atestado sobre este caso, que remitirá a la titular del citado Juzgado de Instrucción para que adopte una decisión sobre el mismo.
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