La Xunta sostiene que agotar el plazo para vender NCG pondría la entidad "en riesgo de liquidación"

Rechaza una banca pública, que cree que se convertiría en un "chiringuito ineficiente" cuyos créditos podrían considerarse ayuda de Estado
Manuel Galdo
Manuel Galdo
EUROPA PRESS
Manuel Galdo

El director xeral de Política Financeira, Manuel Galdo, sostiene que esperar "al último momento" para proceder a la venta de NCG Banco "no es forma de maximizar el valor", dado que los compradores saben que existe la obligación de vender, y considera que la entidad correría, en ese caso, "serio riesgo de liquidación".

En respuesta a una pregunta formulada por la viceportavoz de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), Yolanda Díaz, en la Comisión de Economía, Facenda e Orzamentos del Parlamento, Galdo ha rechazado hacer la venta "con prisa", porque la operación será "peor".

Además, ha recordado que el 'term sheet' elaborado para la entidad con la inyección de las ayudas procedentes de la Unión Europea especifica que el inicio de las operaciones de venta tiene que darse antes de agosto de 2015 y la entidad estar vendida al terminar 2016. En este contexto, ha defendido la necesidad de "escoger el mejor momento" para tratar de reducir el coste que las ayudas públicas tienen para los ciudadanos.

Galdo ha destacado que, si en la operación de venta de NCG Banco se recuperan fondos, será "la primera vez" desde que comenzó la reestructuración del sistema financiero, ya que otras entidades adjudicadas en subasta se concedieron por el valor de un euro y con ayudas para el comprador.

En cualquier caso, el director xeral se ha remitido a las declaraciones del director general del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), Antonio Carrascosa, quien dijo este miércoles que la subasta no ha comenzado y que será en octubre, para señalar que "no se puede parar lo que no se inició", ante las preguntas de Yolanda Díaz sobre si la Xunta tiene previsto algún movimiento para detener el proceso.

El proceso, ha insistido Galdo, es "competitivo y transparente" y la Xunta espera que la venta permita "normalizar la situación de la entidad", desde el punto de vista del accionariado —sus "competidores" se sientan en el consejo de administración a través de la participación del Fondo de Garantía de Depósitos, ha dicho— y de la concesión de crédito. También reclama "vínculos estables de financiación de la obra social".

Además, ha señalado que "el cuaderno de venta todavía no existe", en respuesta a las cuestiones de Díaz sobre el contenido y a la petición registrada por AGE para que el FROB remita el documento a la Cámara gallega.

Venta a precio de "ganga"

Por su parte, la autora de la pregunta ha vuelto a criticar que se proceda ya a la venta, que considera "la consumación de una gran estafa", y ha advertido de que el interés por adquirir NCG Banco existe "porque es una ganga". Asimismo, Díaz ha preguntado a Galdo si considera austero "permitir este robo de más de 15.000 millones de euros de dinero público", en los que incluye los más de 9.000 millones de ayudas públicas, los "4.500 millones de base imponible negativa" y el dinero atrapado en preferentes.

La diputada de AGE ha defendido que "no hubo informe o auditoría que avalase la fusión" de las cajas y que varios economistas advirtieron de que era "un error" seguir por ese camino. Sin embargo, Galdo ha vuelto a defender la postura de la Xunta de respaldar la unión de Caixa Galicia y Caixanova y la inyección de ayudas públicas.

"No se está salvando a las entidades, sino a los depositantes de las entidades", ha defendido y ha indicado que las alternativas eran recapitalizar a los bancos o "no hacer nada", lo que conduciría a la "liquidación" y a "pérdidas muy importantes a los depositantes y una pérdida brutal de empleo".

No a la banca pública

Yolanda Díaz ha vuelto a defender la creación de una banca pública a partir de NCG Banco, una propuesta que ha sido rechazada por Galdo, que ha alegado tres inconvenientes. El primero de ellos es una cuestión "legal insalvable", que es que Bruselas ha aportado fondos a la capitalización con la condición de que las entidades sean privatizadas; el segundo se refiere a los riesgos; y el tercero a la operatividad, pues el rating de una entidad de este tipo sería "muy débil" y no podría financiarse en los mercados.

Ante esta situación, ha proseguido, tendría que ser avalada por la administración pública y sus préstamos podrían ser considerados "ayuda de estado". "En lugar de una entidad pública tendríamos un chiringuito ineficiente", ha concluido el director xeral. Por su parte, Díaz ha replicado que "el chiringuito ineficiente queda demostrado que fue la banca privada".

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