El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, afirmó este miércoles que los políticos deben tomar decisiones "simbólicas", como la de Dilma Rousseff de no viajar a Estados Unidos para proteger a sus ciudadanos del espionaje estadounidense, aunque precisó que también los brasileños son controlados por su Gobierno.
Durante una videoconferencia realizada desde la embajada de Ecuador en Londres, Assange dijo a los participantes del seminario 'Libertad, privacidad y futuro de Internet', celebrado este miércoles en Sao Paulo, que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, estaba en la "obligación" de cancelar la visita de Estado a Washington que tenía prevista para el 23 de octubre.
La decisión de la presidenta de no realizar la visita, anunciada la víspera en acuerdo con Barack Obama, se produjo después de que documentos divulgados por el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, Edward Snowden, denunciaran que tanto Brasil, como la propia Rousseff, habían sido víctima del espionaje estadounidense.
La presidencia brasileña justificó el aplazamiento de la visita a la supuesta falta de investigación por parte del gobierno estadounidense sobre lo ocurrido y a la falta de explicaciones convincentes.
"Si no hubiera tomado esa decisión hubiera sido vista como débil y creída. Ella tiene la obligación de proteger al pueblo brasileño", comentó Assange, responsable por la divulgación de documentos secretos de la diplomacia estadounidense.
Espionaje a ciudadanos
Para el fundador de WikiLeaks, la solución al espionaje de los ciudadanos no pasa por obligar a las multinacionales que ofrecen acceso y servicios en internet a almacenar sus datos en Brasil y no el exterior, como estudia el Gobierno brasileño.
Según Assange, en Brasil hay sistemas de espionaje que "también necesitan ser controlados" por lo que, a su juicio, la única manera de proteger los datos es "no colectarlos", o que estos sean anónimos.
A lo largo de la videoconferencia, que duró cerca de una hora y media, Assange aseguró que sería oportuno que Brasil concediese asilo político a Sarah Harrison, la asesora legal de WikiLeaks que ayudó a Snowden a huir de la Justicia de Estados Unidos tras revelar el supuesto espionaje a varias personalidades y empresas brasileñas.
Sobre su refugio en la embajada de Ecuador en Londres, dijo que es una situación "difícil", pero un "lujo", ya que, a su juicio, "es un lugar seguro" porque "aquí no puedo ser arrestado".
En relación a Snowden, que se encuentra asilado en Rusia, Assange valoró su trabajó y confió en que otras muchas personas desvelen datos importantes para los ciudadanos y los Gobiernos.
"Snowden mostró que se puede hacer algo y sobrevivir. Es un incentivo para que otras personas vengan con informaciones a nosotros", añadió.
Las primeras alegaciones de que Brasil estaba siendo espiado fueron realizadas por el programa de televisión Fantástico, de la red de TV Globo, a través del periodista Glenn Greenwald, columnista del diario británico The Guardian, que reside en Río de Janeiro.
Además, otros documentos filtrados de las misma forma por el programa indican que la petrolera estatal Petrobas fue otro de los objetivos de los espías estadounidenses.
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