Los ministros de Justicia e Interior de la UE expresaron su preocupación por la proliferación de videojuegos violentos y se mostraron de acuerdo en la necesidad de armonizar las diferentes legislaciones nacionales para evitar la venta de este tipo de productos a menores y lograr controles más efectivos en el conjunto de la UE.

Durante la segunda jornada de la reunión informal mantenida por los Veintisiete en Dresde (Alemania), los ministros asistieron a la proyección de uno de estos videojuegos, que el titular español de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, calificó de "espeluznante", y admitieron la falta de un tratamiento específico para atajar este problema en las legislaciones de los Estados miembros.

Según el comisario europeo de Justicia, Libertad y Seguridad, Franco Frattini, promotor de la iniciativa, no se trata de establecer una prohibición general, sino pensar cómo establecer controles más efectivos en toda Europa, para que los videojuegos prohibidos en un Estado miembro no puedan venderse en el país vecino.

Frattini, que llegó a tildar de "desviados" a quienes idean los contenidos extremadamente violentos de los videojuegos, subrayó que los expertos han certificado una relación de causa-efecto entre determinados comportamientos y actitudes violentas mostradas por adolescentes y el consumo de estos videojuegos en cuestión.

PROBLEMAS PARA LEGISLAR

No obstante, los ministros son conscientes de la dificultad para ejercer con eficacia este tipo de controles sobre los videojuegos de contenido violento porque muchos de ellos circulan libremente a través de internet y se fabrican en países extracomunitarios.

"No se puede prohibir la lluvia", dijo gráficamente la ministra alemana de Justicia, Brigitte Zypries.

Además, hay que tener en cuenta que los videojuegos están en la frontera entre la libre circulación de la información y la protección social de los menores.

Por ello, los ministros deberán buscar qué instrumento puede ofrecer garantías de represión penal de todo vídeojuego que, amparándose en la libertad de expresión, encubra incitación a la violencia y, por tanto, lesione los derechos de los menores.

"Hace falta tomar conciencia y responder", resumió López Aguilar.

CASO GRAVE EN ALEMANIA

En Alemania hay un vivo debate sobre la necesidad de prohibir videojuegos después de la toma de rehenes que vivió recientemente un colegio de una pequeña localidad alemana y el posterior suicidio del secuestrador, usuario habitual de este tipo de producto.

Los políticos de la Unión Cristiano Demócrata de Angela Merkel, (CDU), piden una mayor protección de la juventud ante este tipo de juegos que muestran imágenes sanguinarias y en las que los asesinatos son muy frecuentes.

De manera más amplia, Alemania, en calidad de presidencia de turno de la UE, busca un criterio común para responder penalmente a la incitación a la violencia racial, la exaltación del genocidio y la negación del Holocausto, un punto de vista que España comparte y apoya.