Vecinos de O Ézaro se recuperan de horas de "mucho miedo", en las que ni la apertura de la presa paró el fuego

El agua salida por las válvulas "se cuadruplicó", pero el incendio de más de 2.200 hectáreas consiguió saltar a la cima de la cascada
Brigadistas apagan fuego en las inmediaciones de las casas en O Ézaro
Brigadistas apagan fuego en las inmediaciones de las casas en O Ézaro
EUROPA PRESS
Brigadistas apagan fuego en las inmediaciones de las casas en O Ézaro

Los vecinos de la zona de O Ézaro, Dumbría (A Coruña), buscan la vuelta a la normalidad después de que en la tarde de este sábado se haya desactivado el nivel 1 de alerta del gran incendio de Monte Pindo, que se originó hace tres días, y que consiguió atravesar la barrera natural del río Xallas, lo que provocó horas "de mucho miedo" en esta zona conocida por tener la única desembocadura de un río en Europa que se precipita al mar en forma de cascada.

Y es que ni la apertura de la presa en O Ézaro en dos ocasiones a lo largo de la noche impidió que el fuego —que ha arrasado 2.200 hectáreas— atravesase al otro lado del río Xallas, lo que provocó que se desalojase casi 50 viviendas en las que decenas de vecinos han vivido momentos de tensión.

Como ha explicado a Europa Press el alcalde de Dumbría, José Manuel Pequeño, la apertura de la presa provocó que la cantidad de agua que salía por las válvulas "se cuadriplicase", y aunque se evitó que el fuego pasase a través de una parte estrecha "con mucha maleza" del río Xallas, "cuál fue la sorpresa que el fuego saltó mismo, mismo, encima de la cascada de Ézaro, donde comienza a caer el agua". Una cuestión ésta que se ha atribuido a la fuerza del viento durante la madrugada.

Así, Lasarte ha sido uno de los vecinos de O Ézaro que ha pasado la noche en vela después de que cerca de las tres de la mañana haya acudido hasta su vivienda —situada en las inmediaciones de la bahía— efectivos de la Guardia Civil para desalojarlos ante el peligro del fuego.

De este modo, tanto Lasarte como su vecina Mari Loli han explicado a Europa Press que en la zona se ha pasado "mucho miedo" durante horas, pues, en algunos lugares, "justo al lado de las casas" había "llamas de cuatro o cinco metros".

Este vecino de O Ézaro ha explicado cómo los vecinos decidieron no abandonar sus casas para colaborar con las tareas de extinción toda la noche mediante el uso de mangueras o calderos de agua, e incluso han ayudado a "desbrozar" algunas zonas.

Sin luz ni teléfono

Con la consigna de salvar las casas de la zona y después de que este gran incendio haya arrasado casi por completo el paraje natural de Monte Pindo, los efectivos han procedido en la mañana de este sábado a realizar quemas controladas a modo de contrafuego con las que poder salvar las viviendas de esta zona de Dumbría.

El hecho de que el viento comenzase a calmarse en las primeras horas de la mañana —incluso una llovizna fina ha caído durante unos minutos de la tarde— ayudó a facilitar las tareas de extinción tras una madrugada "muy complicada" por la fuerza del aire, según explicaba a Europa Press el jefe de brigada en Dumbría, Jorge Pérez.

Al mediodía de este sábado, mientras Mari Loli ofrecía a brigadistas agua y les preguntaba si necesitaban algo, las casas del contorno llevaban varias horas sin luz y teléfono. De hecho, en el bar más próximo al incendio en Ézaro en la AC-550 ni siquiera funcionaba la cafetera por la falta de electricidad.

"esto es un infierno"

"Esto es una inferno" se oía gritar a una señora en la barandilla de madera de la playa de Ézaro, mientras contaba que "la casa de Dionisa y Josefa quedó en medio de las llamas". En este emplazamiento junto al arenal y la AC-550 se han agolpado decenas de vecinos y curiosos en las últimas horas mientras los diferentes efectivos han comenzado a plantar fuego controlado para salvar las viviendas de la zona.

Uno de los que se encontraba allí era Jesús, conocido como Suso, que explicaba, acompañado de su mujer, que su vivienda, situada metros más arriba de la zona afectada también llevaba sin electricidad toda la noche.

"Llevábamos varios días viendo como los vecinos del pueblo de al lado, O Pindo, lo estaban pasando mal como lo pasamos nosotros mal esta noche", resumía el regidor de Dumbría, José Manuel Pequeño, la sensación que ha quedado el cuerpo de sus vecinos en las últimas horas.

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