Los líderes del G-20, el grupo de los países más desarrollados y los principales emergentes, celebran su cumbre anual a partir de este jueves en la ciudad rusa de San Petersburgo. Los participantes esperan que de esta cita salgan importantes acuerdos para la economía y las finanzas, pero sin duda la reunión estará marcada por el conflicto en Siria. EE UU está presionando a la comunidad internacional para que apoye un ataque "limitado" y el presidente, Barack Obama, mantendrá varias reuniones con sus homólogos para intentar sumar apoyos.

Con objetivo similar acude Francia, país que ha manifestado su disposición a actuar militarmente en Siria pero que, según su primer ministro, Jean-Marc Ayrault, no tomará una decisión hasta que no se haya formado una coalición. La cumbre será la ocasión, según Ayrault, de recabar la mayor cantidad de apoyos internacionales. El presidente de Francia, François Hollande, tiene previsto reunirse con Obama en San Petersburgo.

El tema de Siria no forma parte de la agenda oficial, pero estará presente inevitablemente, al menos en esos encuentros bilaterales entre los líderes que participan en la cumbre. Uno de esos asistentes será el presidente español, Mariano Rajoy.

Aún no está claro que en ese contexto Obama vaya a reunirse con el anfitrión, Vladímir Putin, para hablar del espinoso asunto. El presidente ruso es uno de los mandatarios que más enérgicamente se ha opuesto a una intervención militar en el país árabe. Las relaciones entre EE UU y Rusia además no atraviesan por su mejor momento desde que Moscú decidió conceder asilo temporal al extécnico de la Agencia Nacional de Seguridad Edward Snowden, quien reveló documentos clasificados de inteligencia estadounidense sobre programas de espionaje.

Putin sí se reunirá con Rajoy, así como con el primer ministro italiano, Enrico Letta; el jefe del Gobierno japonés, Shinzo Abe; el líder chino, Xi Jinping, y la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye.

Rajoy le expondrá a Putin, y al resto de líderes con los que se reúna, la posición que España mantiene en el conflicto sirio y que pasa por defender el consenso de la comunidad internacional a través de la ONU para adoptar las medidas que se consideren oportunas. El Gobierno español considera que es necesaria una respuesta adecuada, aunque apela a la prudencia y a extremar el diálogo para decidir qué ha de hacerse.

El jefe del Ejecutivo español coincidirá además con mandatarios con los que España tiene contenciosos pendientes. Es el caso del primer ministro británico, David Cameron, en el que será el primer encuentro entre ambos desde que este verano las autoridades de Gibraltar lanzaran bloques de hormigón al mar, lo que impide faenar a los pesqueros españoles.

Se encontrará igualmente con la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, cuando aún sigue pendiente el conflicto por la expropiación por parte de las autoridades argentinas de la petrolera YPF, filial de Repsol. Precisamente, tras la cumbre, Rajoy volará a Buenos Aires para asistir a la decisión del Comité Olímpico Internacional sobre la ciudad que albergará los Juegos Olímpicos de 2020, una meta a la que aspira Madrid.

Rajoy también vuela a San Petersburgo con el objetivo de poner sobre la mesa que España es un país serio y fiable. "España, para bien, ya no es protagonista de esta cumbre en clave de atención por lo que pueda suceder en la economía del país", señalan las fuentes del Gobierno, que subrayan que el presidente expondrá ante el resto de líderes del G-20 que se ha superado la situación de hace un año tras muchos esfuerzos.

Las mismas fuentes avanzan que advertirá de que aún queda mucho por hacer y, por ello, proclamará su compromiso para continuar en el proceso reformista y dar pasos decididos hacia la total superación de la crisis.

El presidente español respaldará el denominado Plan de Acción Integral de San Petersburgo que será aprobado en la cumbre y con el que se pretende reforzar la colaboración para la recuperación económica y la creación de empleo. Este incluirá estrategias y objetivos individualizados para cada uno de los países del grupo en lo relativo a la reducción de la deuda y el déficit público.

En esta reunión del G-20 participarán los jefes de Estado y de Gobierno de 26 países. A los miembros permanentes se suman seis invitados. Las conclusiones y los principales acuerdos de las dos jornadas que durará serán recogidos en la Declaración de San Petersburgo, a la que se agregarán otra decena de documentos. Entre los anexos estará el citado Plan de Acción Integral.

El otro documento estrella que deberán ratificar los reunidos es el plan de acción contra la evasión fiscal de las multinacionales, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Este ambicioso plan pretende erradicar las prácticas que permiten a estas empresas, en particular las del sector digital, evadir impuestos tanto en los países donde tienen sus sedes jurídicas como en aquellos donde tienen sus centros de producción.

"La crisis económica ha puesto de relieve aún más la necesidad de que todos paguen su justa parte de impuestos. La UE intentará en San Petersburgo avanzar en la lucha contra la evasión fiscal y garantizar el mayor respaldo posible al intercambio automático de información fiscal", ha indicado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.