La nueva estrategia para Irak del presidente de EEUU, George W. Bush, que incluye el envío de más tropas, ha encontrado una fuerte resistencia en el Congreso, donde demócratas y algunos republicanos prometen hacer lo posible por bloquearlas.
El plan anunciado por Bush el jueves en un discurso a la nación ha sido acogido con escepticismo por prácticamente todos los legisladores demócratas y buena parte de los republicanos moderados.
"Es importante que
En su discurso ante los soldados, Bush aseguró que "hay que hacer frente a la violencia sectaria. De otro modo, sería un desastre para el futuro", ya que "
Nueve votos trascendentales
En términos similares se manifestaron en sendas audiencias en el Congreso la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y el responsable del Pentágono, Robert Gates, que aseguraron que la nueva estrategia permitirá que los iraquíes puedan gradualmente hacerse cargo de su propia seguridad.
"Sólo los propios iraquíes pueden poner fin a la violencia en Irak", afirmó Rice.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, afirmó que espera lograr la aprobación en esa cámara de una resolución que se oponga al aumento de tropas, que presentará la semana próxima.
Para ello necesita, además de los 51 votos con que cuenta su bloque, al menos otros nueve de los 49 que tienen los republicanos, para lograr la mayoría necesaria de 60.
Pero el senador se mostró confiado en que lo logrará: "esperamos tener sesenta votos", aseguró Reid, quien recordó que varios destacados legisladores republicanos han expresado su oposición al plan de Bush.
Así, el influyente republicano Chuck Hagel, del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, aseguró que "este discurso de la pasada noche por parte del presidente representa, si se llega a llevar a cabo, la metedura de pata más peligrosa en la política exterior de este país desde Vietnam".
Apoyo republicano
Otros republicanos, en contra, han expresado su apoyo al presidente.
El senador John McCain, ex veterano de Vietnam y un posible candidato republicano a las presidenciales de 2008, se ha declarado a favor del aumento de tropas: "no garantizo la victoria o el éxito con esta nueva estrategia", afirmó, pero "si fracasamos, el caos se extenderá en la región".
Aunque los demócratas se plantean someter las propuestas de Bush a voto, cuyo resultado no sería vinculante, no se plantean recurrir, al menos por el momento, a medidas más radicales, como denegar a la Casa Blanca los fondos necesarios para el despliegue de las nuevas tropas.
Una medida así permitiría a la Administración acusar a los demócratas de dejar a los soldados desprotegidos ante el peligro.
Los estadounidenses, en contra
Entre los ciudadanos, la propuesta de Bush tampoco parece haber recabado mucha popularidad.
Una encuesta que publica el periódico "The Washington Post" indica que un 61% de la población se opone a enviar más tropas a Irak, mientras que un 36 por ciento es partidario de aumentar la cifra.
Y grupos pacifistas, que ya la pasada noche mantuvieron una vigilia de protesta frente a la Casa Blanca, han lanzado una campaña para bloquear el aumento de tropas, a través de manifestaciones y de intervenciones ante la prensa.
Para el próximo día 27 de enero está convocada una marcha en la que los organizadores esperan la participación de cientos de miles de personas. Para esta misma noche han convocado cerca de un millar de actos de protesta en todos los estados del país.
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