La Federación Andaluza de Autónomos del Taxi (FAAT) ha expresado su condena y su pesar ante la muerte de un taxista de la localidad gaditana de Chiclana de la Frontera supuestamente a manos de un cliente que había sido taxista en el pasado. Se trata de un "trágico" suceso que pone de manifiesto la "vulnerabilidad" del sector, que se convierte en ocasiones en "un blanco fácil" para este tipo de hechos.

Así lo ha indicado a Europa Press el presidente de FAAT, Miguel Ruano, que explica que la cifra de taxistas asesinados desde el año 1977 se eleva "por encima de 30", según las estadísticas elaboradas por el propio sector.

Señala Ruano que hacía tres años que no se producía ningún asesinato de taxistas en España —hubo dos en 2010— y nueve del último suceso de estas características en Andalucía, cuando el 15 de agosto de 2004 acabaron con la vida en Sevilla de Amador Guerrero, de 60 años.

El presidente de FAAT ha expresado la "impotencia" del sector ante este hecho, que vuelve a poner de manifiesto la "inseguridad del taxi" y que "somos un blanco fácil para todas estas situaciones, ya que trabajamos en la calle y con el cliente a nuestras espaldas".

Y es que, según ha señalado, "no paran de producirse" otro tipo de delitos de los que los taxistas son objeto, tales como "robos, agresiones o estafas", que se han convertido en "un hecho cotidiano en la vida del taxista".

Finalmente, ha relatado que la muerte de un compañero es "una puntilla grande" en los momentos "tan duros" que atraviesa el sector, ya que, según explica, existe el mismo número de taxis que en otros momentos "mucho más boyantes" y hay que "repartir el poquísimo trabajo, ya residual, que queda entre tantas familias", haciendo "jornadas de 14 horas para llevar 20 ó 30 euros a casa".