Alternativas vegetales a la leche, ¿para todos o solo para los intolerantes a la lactosa?

  • La leche es uno de los alimentos más completos de la naturaleza.
  • Algunos sufren intolerancia a la lactosa; otros no, pero dejaron la leche de vaca.  
  • La intolerancia es consecuencia del déficit de lactasa, la enzima producida por el intestino delgado esencial para sintetizar la lactosa.
Un hombre de mediana edad, bebiendo un vaso de leche.
Un hombre de mediana edad, bebiendo un vaso de leche.
GTRES
Un hombre de mediana edad, bebiendo un vaso de leche.

Está de moda no beber leche. La idea de que la lactosa no es conveniente y de que somos el único animal que sigue bebiendo leche en la edad adulta se han extendido. Algunos sufren intolerancia a la lactosa y otros no, pero han decidido dejar de beber leche… de vaca.  ¿Son acusaciones con fundamento? ¿Qué opciones tienen los que no soportan la leche?

Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN) la intolerancia a la lactosa "es un síndrome que puede presentar molestias abdominales, diarrea, flatulencia, distensión abdominal, náuseas e incluso vómitos después de la ingestión de lactosa".

Es una consecuencia del déficit de lactasa, la enzima producida por el intestino delgado esencial para sintetizar la lactosa, que es "un azúcar presente en las leches de los mamíferos y que también puede encontrarse en alimentos preparados", explica la Asociación de Intolerantes a la Lactosa (Adilac).

Cuando los niveles de lactasa están bajos, el organismo no puede procesar la lactosa y aparecen los síntomas que tienen a los lácteos entre la espada y la pared. La FEN argumenta que es difícil tratar la intolerancia a la lactosa porque esos síntomas no son específicos. Además, "hay un conocimiento limitado del problema".

Pero la leche es uno de los alimentos más completos de la naturaleza. Además de proteínas, grasas e hidratos, contiene ácido fólico, vitamina A, fósforo, potasio, magnesio y calcio. Y sin embargo puede hacerle daño al organismo.

La endocrinóloga Pilar Martín Vaquero, de la Clínica D-Medical, defiende la leche en la dieta. Asegura que la leche es el alimento más nutritivo de la naturaleza, el más completo, con un tercio de hidratos de carbono; otro tercio de grasas; y otro de proteínas, además de aportar vitaminas, minerales y calcio. Recomienda su consumo moderado y la incluye como dieta mediterránea y saludable, salvo casos de alergia o intolerancia.

Mil y una alternativas

No obstante han surgido mil y una alternativas a la leche de vaca de siempre. El lineal de lácteos de cualquier supermercado es tan grande que es fácil perderse entre marcas y etiquetas.

Sustituir la leche es cada vez más sencillo, pero Martín Vaquero reitera que los únicos que deben abstenerse de consumirla son los intolerantes a la lactosa o a las proteínas de la vaca, porque le parece un alimento nutritivo y no hay ensayos clínicos que demuestren realmente que perjudica la salud.

David Román, coordinador de la Unión Vegetariana Española (UVE), dice que los batidos vegetales que imitan la leche son cada vez más populares. "Lo mejor que tienen los productos de origen vegetal es que carecen de las grasas y las proteínas de la vaca, que son poco saludables”, enfatiza Román.

Este especialista destaca en un trabajo publicado en el sitio web de la UVE las bondades de las bebidas vegetales consumidas de forma racional:

  • Soja: rica en proteínas. Contiene ácidos grasos esenciales, libres de colesterol.
  • Avena: de fácil digestión. Buena fuente de fibra, proteínas y vitamina B, ideal para fortalecer los nervios.
  • Arroz: es una bebida refrescante y muy digestiva, lo que ayuda a quienes sufren de gastritis. Tiene muy pocas calorías.
  • Almendra: contiene un alto porcentaje de fibra soluble e insoluble. Su perfil de grasas es saludable y contribuye a regular los niveles de colesterol.
  • Avellana: aporta calcio, magnesio, hierro, fósforo y potasio. Además, se destaca su riqueza en fibra, en ácido fólico y vitaminas A y E.
  • Quinoa: tiene más proteína que la mayor parte de los cereales y de mejor calidad. El grano de quinoa es más digestivo que el de la soja y rico en vitaminas y minerales.

Román señala que los lácteos y las alternativas vegetales son "distintos, lo que no quiere decir que los lácteos sean esenciales ni que los vegetales sean inferiores, porque el equilibrio nutricional se logra con una dieta variada y no con un único alimento".

Precisa que los derivados de la soja pueden ser parte de una dieta saludable, pero no se debe abusar de su consumo, como tampoco debe abusarse de los lácteos. Sin embargo, algunas bebidas de soja contienen fitatos que dificultan la absorción del calcio al formar complejos insolubles, según el Libro blanco de la nutrición en España.

Los intolerantes a la lactosa o a las proteínas de la vaca, aconseja Oriol Sans, de la Asociación de Intolerantes a la Lactosa, deben leer con cuidado las etiquetas para descartar productos que incluyan lactosa y otros ingredientes como suero, suero lácteo, cuajo o azúcar de leche.

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