La investigación del crimen de la mujer de Cabanas (A Coruña) prosigue, por el momento sin detenidos

Intentan reconstruir el recorrido realizado por la víctima, mientras que entre los vecinos hay preocupación porque es una zona habitual de paseos
Suceso Cabanas: lugar donde se encontró el cuerpo de la mujer
Suceso Cabanas: lugar donde se encontró el cuerpo de la mujer
EUROPA PRESS
Suceso Cabanas: lugar donde se encontró el cuerpo de la mujer

La investigación del crimen de la mujer de 46 años Elisa Abruñedo, que fue hallada muerta en el municipio de Cabanas (A Coruña), con heridas de arma blanca y semidesnuda, prosigue sin que se hayan producido hasta el momento detenidos, pero se baraja la hipótesis de que hubiese sufrido una agresión sexual, un extremo que deberá confirmar la autopsia.

El cuerpo de la mujer fue localizado a unos 300 metros de su vivienda, en la parroquia de Lavandeira, en una zona de pinar y vegetación muy densa, justo al lado de una curva en la carretera CP-1503, que enlaza Cabanas con Fene.

Dos operarios del municipio trabajaron durante la mañana de este martes para desbrozar el terreno en el que cerca de una decena de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Judicial estuvieron tratando de encontrar alguna prueba, como el arma del crimen, o algún rastro del suceso.

Según fuentes de la investigación consultadas por Europa Press, el cadáver presentaba signos de violencia y estaba parcialmente desnudo. Había recibido varias puñaladas y el resultado de la autopsia deberá confirmar si la víctima fue violada y si las heridas de arma blanca fueron la principal causa de su fallecimiento.

Reconstrucción del recorrido

Junto al cadáver los investigadores han encontrado el teléfono móvil de la mujer, que en ocasiones lo utilizaba para escuchar música mientras caminaba, según han apuntado vecinos del lugar. Se tratará de comprobar si existe algún registro del recorrido que realizó a través de la señal de GPS o algún dato que encamine la investigación hacia el autor o los autores del crimen.

La mujer estaba casada y tenía dos hijos, de 23 y 20 años de edad. Su marido denunció su desaparición en la noche del domingo, después de que la mujer no regresase a casa tras su habitual paseo. Elisa Abruñedo había salido a caminar sola por la tarde, vestida con una camiseta y pantalón corto. Según los vecinos del lugar, caminaba casi dos horas todos los días, a veces acompañada de su marido o de alguna amiga.

Después de que el marido comunicase la desaparición se puso en marcha un dispositivo de búsqueda, en el que durante el lunes participaron agentes de la Guardia Civil, miembros de Protección Civil y cerca de 70 vecinos, además de compañeros de trabajo de la mujer en la residencia de ancianos Geriatros de Ferrol. También se unieron, desde las 18.30 horas, miembros del servicio de Cans de Salvamento de Galicia (Casaga), que rastrearon una zona de cerca de 80.000 metros cuadrados, y el helicóptero de la Guardia Civil.

La Asociación de Cans de Salvamento había ampliado la zona de búsqueda de la mujer porque, según apuntó el secretario de la organización, Alberto Barreiro, "se barajaba la posibilidad de una huella" que podía pertenecer a la mujer a unos cinco kilómetros aproximadamente de su domicilio, en un lugar próximo donde había sido vista "en torno a las 19.00 horas de la tarde".

No obstante, la búsqueda se centró finalmente en las inmediaciones del domicilio familiar, después de que un conocido de la mujer comunicase que la había visto cerca de las 20.30 horas en un área próxima. Así, se volvió a rastrear esa zona por segunda vez y un vecino encontró finalmente el cadáver cerca de la una de esta madrugada.

Preocupación entre los vecinos

Los vecinos de la zona han mostrado su preocupación ante lo sucedido, ya que Cabanas es una pequeña localidad de apenas 3.000 habitantes. En la zona de Lavandeira, además, es habitual que muchas personas salgan a caminar para hacer deporte, según ha confirmado a Europa Press el alcalde, Germán Castrillón, en especial, en un lugar "en el que se conocen todos" y con numerosas "pistas forestales y caminos".

Sin embargo, el domingo la zona estuvo más concurrida de lo habitual porque se celebraron dos entierros, a las seis y media y a las siete y media de la tarde, en un cementerio situado a menos de un kilómetro de distancia de donde se encontró el cadáver. Por este motivo, algunos vecinos se extrañan que, de haberse producido una agresión, hubiese tenido lugar cerca de una carretera por la que ese día circularon más coches de lo habitual.

"Es una desgracia grande para el pueblo y genera mucha intranquilidad en una zona tan tranquila como esta", ha asegurado el regidor de Cabanas, que confía en que las investigaciones de la Guardia Civil permitan "capturar al que hizo o a los que hicieron esto".

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