Montes acusa a los ecologistas de crear una "alarma social innecesaria" sobre las actuaciones en el Saja-Besaya

Niega que se hayan cortado robledales y hayedos para ejecutar la pista de Rozadío
Obras en la pista de Rozadío, en el Parque Natural Saja-Besaya
Obras en la pista de Rozadío, en el Parque Natural Saja-Besaya
SEO/BIRDLIFE
Obras en la pista de Rozadío, en el Parque Natural Saja-Besaya

El Gobierno de Cantabria ha salido al paso de las denuncias de grupos ecologistas sobre las actuaciones que está llevando a cabo la Dirección General de Montes en el espacio protegido Saja Besaya, que califica de "exageradas" y causantes de una alarma social "innecesaria".

En el caso de la pista forestal de Rozadío, Montes, que precisa en primer lugar que ésta no se encuentra en el Parque Natural Saja-Besaya, ni en ningún otro espacio de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Cantabria, niega que se hayan cortado robledales y hayedos para la ejecución de la misma, ya que, como consecuencia de los reiterados incendios que sufre la ladera la mayor parte del recorrido atraviesa zonas de matorral y pastizal.

Reconoce, no obstante, que, una vez acabada la obra, se han producido desprendimientos en un tramo de unos 400 metros causados por las "intensas y constantes lluvias" del invierno y primavera pasados, que han obligado a estabilizar dicho talud mediante una "ligera modificacioón" de la traza y la construcción de una escollera y bermas, lo cual ha generado en esa zona concreta unos taludes de mayor dimensión a los del resto de la pista y que provocan el consiguiente impacto visual.

Ante esta situación "sobrevenida", Montes tiene previsto analizar y ejecutar en su caso las pertinentes acciones "correctoras" y de revegetación de taludes, al objeto de "minimizar" el impacto existente.

En un comunicado, explica además que el proyecto de esta obra se remonta al año 2009 y su ejecución se inició en 2011, meses antes de que se constituyese el actual Gobierno regional.

Precisa que la obra se enmarca dentro de un proyecto a escala regional de mejora de accesos a diferentes Montes de Utilidad pública, que cuenta con "todos" los informes necesarios, y más en concreto, con el informe favorable en cuanto a la afección da la Red Natura 2000.

Recuerda asimismo que el principal objetivo de la pista es la prevención de incendios forestales, ya que la comarca del Nansa está clasificada como de riesgo "muy alto", y también supondrá un punto de apoyo "básico" en la futura ordenación de esta ladera.

Cortas en el parque

En cuanto a las cortas del arbolado dentro del Parque Saja-Besaya, la Dirección General de Montes destaca que las mismas están reguladas por el Plan de Uso y Gestión de este espacio y recuerda que, cada año, a través del Plan de Aprovechamientos de los Montes de Utilidad Pública, autoriza las mismas y otros tratamientos selvícolas por toda la región, incluido el este parque.

Montes sostiene que "vela especialmente" porque estos aprovechamientos sean "sostenibles y adecuados" a las características de la masa, y defiende que hay una "vigilancia" de las cortas que, por otra parte, suponen un volumen de madera "mínimo", cuya extracción no genera "ninguna afección negativa significativa".

Además, el procedimiento habitual consiste en recorrer las masas en busca de ejemplares muertos o decrépitos, una vez que el Técnico Auxiliar de Medio Ambiente ha dado el visto bueno, explica la Dirección General.

Este tipo de cortas denominadas sanitarias o de policía presenta "inconvenientes", según dice, dado que los "pies" están dispersos por todo el monte, por lo que el acceso y extracción puede generar "daños menores", y que la extracción de ejemplares muertos en pie o moribundos puede ser perjudicial desde el punto de vista de conservación de la biodiversidad, por constituir un hábitat "muy escaso e imprescindible" para especies de gran interés.

Por ello, técnicos de Montes, en coordinación con la dirección del Parque Natural Saja-Besaya, han decidido "ensayar" un cambio en el aprovechamiento de leñas en el monte Saja, con la pretensión de "concentrar" las cortas de las mismas en parajes "concretos" y siguiendo criterios selvícolas y de biodiversidad, y "aclarar" la masa de haya asegurando "en todo momento" su persistencia.

De esta manera, se cortarían ejemplares sin problemas fitosanitarios pero que, por su conformación y características, "no son los mejores" para conseguir la regeneración futura de la masa, señala Montes.

"En resumen, lo que se trata es de dirigir el aprovechamiento de leñas con criterios técnicos y de conservación de la naturaleza con el fin de favorecer la biodiversidad, nada que ver con las denuncias exageradas con que diversas formaciones ecologistas han generado una alarma social innecesaria", concluye.

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