El Ayuntamiento de Jaén ha acusado a la Junta de Andalucía de iniciar una "guerra abierta" como consecuencia de su evaluación desfavorable del informe de impacto ambiental del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), documento que, "en un interés absolutamente desleal", "no tiene todavía la Gerencia de Urbanismo", de modo que no se sabe si ese rechazo "se fundamenta en temas baladíes o de mayor enjundia".

"Como no lo sabemos, tampoco podemos pronunciarnos mucho al respecto", ha lamentado este miércoles en rueda de prensa el alcalde en funciones y concejal de Urbanismo, Javier Márquez (PP), para quien lo que demuestra es que el Gobierno autonómico ha empezado esa guerra para "intentar impedir a toda costa que el planeamiento no se apruebe".

A la espera de conocer en profundidad esa evaluación, ha considerado que, "por lo poco" manifestado este martes por la delegada de Agricultura y Medio Ambiente, Irene Sabalete, "parece sinceramente una estupidez que la gente no entiende como para estar haciendo un informe desfavorable, salvo que haya algo más serio", en cuyo caso, a su juicio, lo habría dicho.

Junto a ello, se ha referido a otro estudio, en este caso enviado desde el área de Comercio de la Junta, como una prueba más de esa pretensión de obstaculizar que el PGOU logre pronto la luz verde definitiva. Según ha comentado, se recibió hace unos días "para intentar cargarse" el centro de ocio de Maristas y el centro comercial de Alvores, ya que recoge que "en la probación inicial de 14 de octubre de 2012 venían como suelo terciario y no se decía exactamente que fuera a ser una superficie comercial".

"Por esa cuestión están intentando que nos retrotraigamos a las aprobaciones iniciales. Es decir, que las inversiones —de siete millones de euros en el primero y de 85 en el segundo— se nos van", ha afirmado el concejal, para quien "es realmente un tema tan absurdo que denota que falta voluntad".

"ejemplo de mala política"

Con estas "chinas", en opinión de Márquez, se pone de manifiesto cómo "en un ejemplo de lo que es la mala política, quieren pasarle factura a la gente que necesita comer", que "necesita empleo, inversión, que necesita tener ingresos en sus casas".

Así las cosas, ha apelado "no ya a la lealtad institucional, sino a tener vergüenza, que es algo más básico, porque a la gente hay que darle vida". "Lo que no puede ser es que algunos, desde su atalaya, cobrando al mes una buena cantidad de dinero, se dediquen a jugar a un ajedrez donde las víctimas son los ciudadanos", ha criticado el concejal no sin apuntar que estas declaraciones las hace "uno de los más pacíficos, de los que más puentes, seguramente, tienden con la Junta de Andalucía".