El rescate de los cuatro espeleólogos madrileños que se adentraron el pasado sábado en la cueva de Rubicera, en el municipio cántabro de Soba, se prolongó durante 84 horas, hasta la tarde de ayer, martes, y ha sido "muy difícil" y "complicado", aunque los efectivos del GREIM (Grupo de Rescate e Intervención en Montaña) de la Guardia Civil sabían que los montañeros "tenían que estar bien", ya que ninguno de ellos salió a dar un aviso, sino que permanecieron en el interior de la cavidad a la espera de ser localizados.
En este sentido, dos miembros del GREIM que participaron en las labores y el teniente coronel Juan Airas, jefe de operaciones de la Benemérita en Cantabria, han destacado que los cuatro espeleólogos actuaron de forma "correcta" y "ejemplar" y, además, en "ningún momento dudaron de que les iban a rescatar".
Según ha explicado en un encuentro informativo con los medios de comunicación, los montañeros, pertenecientes todos ellos al grupo Epeleo Minas de Madrid y dos de ellos "muy experimentados", al no estar seguros de la salida de la ruta que estaban haciendo, —que comunica la sima del Acebo con la cueva Rubicera y dura unas doce horas—, decidieron instalar un campamento provisional (un vivac) en una zona seca.
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