Los extremeños puntúan con un 6,29 la sanidad pública, una valoración que se encuenta por debajo de la media nacional, que se sitúa en el 6,57, según los datos del Barómetro Sanitario correspondiente al año 2012 elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), por encargo del Ministerio de Sanidad.

De esta forma, Extremadura se sitúa entre las comunidades que peor valoran la sanidad pública, solo por encima de las comunidades de Canarias (5,85) y Cataluña (6,27), así como de Ceuta (6,05) y Melilla (6,19). Asimismo, la valoración de los extremeños ha retrocedido en el último año, ya que la calificación obtenida en el barómetro de 2011 fue de 6,36 (la media nacional fue de 6,59).

De la encuesta se desprende que el 20,56 por ciento considera que el sistema sanitario funciona bastante bien; el 46,41 por ciento cree que funciona bien, pero necesita cambios; el 28,35 afirma que necesita cambios fundamentales; mientras que el 4,67 por ciento manifiesta que se encuentra tan mal que es necesario rehacerlo.

Por servicios sanitarios, el mejor valorado por los extremeños es el de Atención Primaria, con una nota de 7,21 (un 7,30 de media nacional); seguido por Atención Especializada, con un 6,65 (un 6,83 en el conjunto del país).

Los dos servicios peor valorados son los ingresos y asistencia en hospitales, con un 6,12 (frente al 6,79 de media nacional); y las Urgencias, con un 6,10, que es el único con una valoración mejora a la media nacional (6,08).

En cuanto a las listas de espera, el 43,62 por ciento de los extremeños considera que no se están llevando a cabo acciones destinadas a mejorarlas. Asimismo, casi la mitad (48,91%) considera que el problema de las listas de espera en Extremadura sigue igual que hace un año, y casi uno de cada cuatro (23,06%) cree que están peor; mientras que el 18,07% considera que ha mejorado su situación.

En cuanto al copago farmacéutico, el 82,88 por ciento de los encuestados está en contra de que se aumente la cantidad que abonan los pacientes por las recetas; y el 53,58 por ciento rechazan que todos los pacientes paguen sus recetas según su nivel de renta.

Asimismo, nueve de cada diez rechazan la posibilidad de que las visitas al médico de cabecera o a urgencias supongan algún coste económico.

Datos nacionales

En el conjunto nacional, el 70,6 por ciento de los ciudadanos españoles piensa que el Sistema Nacional de Salud (SNS) ha funcionado bien o bastante bien a lo largo del 2012, coincidiendo con la puesta en marcha de la reforma impulsada por la ministra del ramo, Ana Mato, y le dan una nota media del 6,57, según datos

La calificación es similar a la de 2011, cuando se obtuvo la nota media más alta de los últimos años (6,59), mientras que la satisfacción desciende ligeramente, ya que en el año anterior el 73,3 por ciento aseguró estar satisfecho con el funcionamiento del sistema.

Además, de los que han usado sus servicios más de 8 de cada 10 manifiestan que la atención clínica recibida en los distintos niveles asistenciales de la sanidad pública fue muy buena o buena (El 87,6% en las consultas de Atención Primaria, el 83,4% en las consultas de los médicos especialistas y el 86,7% en los hospitales).

El barómetro ha incluido más de 7.800 encuestas realizadas entre febrero y octubre de 2012, cuando ya habían entrado en vigor gran parte de las medidas incluidas en la reforma sanitaria impulsada por el Gobierno, como la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares, la desfinanciación de más de 400 fármacos o el nuevo sistema de copago farmacéutico.

Precisamente esta última medida, que ha contribuido a reducir el gasto público en medicamentos, no cuenta con el respaldo de parte de la ciudadanía, según muestra el estudio.

En concreto, el 47,5 por ciento de los encuestados está en contra de que los pacientes paguen sus recetas según su nivel de renta, y un 54,5 por ciento rechaza que los pensionistas paguen una cantidad del precio de sus recetas a partir de un determinado nivel de renta, como sucede ahora tras la última reforma.

Además, el 75,8 por ciento no vería con buenos ojos que se aumentará la cantidad que actualmente abonan los pacientes por la compra de medicamentos, algo no descartable ya que la ministra Ana Mato avanzó hace unos meses que se iban a revisar los tramos de renta y los porcentajes establecidos hace un año.

Por otro lado, el 81,3 por ciento mostraron su desacuerdo con la posibilidad de que las visitas al médico de cabecera o a urgencias pudieran tener algún coste económico.

En el barómetro también se preguntó a los ciudadanos por los servicios asistenciales mejorables y, al igual que otros años, la espera para el ingreso no urgente en el hospital sigue siendo el aspecto peor valorado, obteniendo una puntuación media de 4,84 sobre 10.

Las listas de espera están igual o empeoran

Además, el 41,2 por ciento de los españoles cree que este problema no ha cambiado en 2012 y hasta uno de cada tres (30%) cree que la situación incluso ha empeorado con respecto al año anterior, un porcentaje superior al 18,2 por ciento que pensaba lo mismo en 2011.

De hecho, el 43,2 por ciento considera que su comunidad no está llevando acciones para mejorar esta situación.

Los otros aspectos mejorables son el tiempo que tardan los médicos especialistas en ver a los pacientes desde que piden cita (4,94) y el tiempo que se tarda en hacer las pruebas diagnósticas en atención especializada (5,04).

Se sigue prefiriendo la sanidad pública

Pese a estos inconvenientes, la mayoría de los ciudadanos se manifiestan partidarios del uso del sistema sanitario público frente al privado, especialmente para las consultas de Atención Primaria (64,4%), para un ingreso hospitalario (60,7%) y las urgencias (60,1%), y algo menos para las consultas de atención especializada (51,1%).

La preferencia por centros sanitarios públicos se justifica por la tecnología y los medios disponibles que disponen los centros y por la capacitación de sus profesionales médicos y de enfermería.

En concreto, en las consultas de Atención Primaria se valora la cercanía de los centros (8,09), la confianza y seguridad que transmite el médico (7,80) y el trato recibido (7,74); en la atención especializada el número de especialidades al que hay acceso (7,64) y el equipamiento y los medios tecnológicos (7,54); y en los hospitales el equipamiento y la tecnología de los hospitales (7,93) y los cuidados del personal de enfermería (7,49) y médico (7,41). En estos aspectos, las valoraciones asignadas en esta edición son las mayores desde 2008.

En cambio, la preferencia por los centros privados se basa la rapidez en la atención y el confort de las instalaciones.