Greenpeace denuncia que sólo el 21% de la costa de Cantabria tiene una protección efectiva frente al ladrillo

Cantabria es la segunda comunidad autónoma que menos costa ha destruido

Greenpeace denuncia que sólo el 21% de la costa de Cantabria tiene una protección efectiva frente al ladrillo, y que en tan solo 18 años, los municipios de Marina de Cudeyo y Ribamontán al Mar han ocupado más del 100% de la franja de los primeros 500 metros de costa, mientras que Camargo y Comillas han destruido más del 50% de esta franja costera. No obstante, Cantabria es la segunda comunidad autónoma que menos costa ha destruido.

Así figura en la decimotercera edición del informe 'Destrucción a toda costa 2013' que Greenpeace ha presentado a nivel nacional este jueves en rueda de prensa, y en el que por primera vez y mediante el uso de imágenes de satélite se analiza, municipio por municipio, la situación de los primeros 500 metros de costa.

De entre los 25 municipios litorales de cántabros, Greenpeace señala cuáles han sucumbido más a la burbuja inmobiliaria pero también qué municipios tienen una costa más protegida. Además el informe muestra las tendencias futuras de ocupación del suelo litoral para el año 2030. Greenpeace concluye que la ocupación de la primera línea de costa ha sido masiva y que este proceso se verá reforzado por la nueva Ley de Costas, que ve como "una nueva herramienta para seguir urbanizando el litoral".

"Los datos de nuestro informe muestran una costa inundada de ladrillo. Sirven para reflexionar sobre lo que ha sucedido y decidir qué tipo de gestión del litoral queremos en el futuro. Ahora, los alcaldes tienen en su mano la protección del litoral y el desarrollo económico sostenible de sus municipios", ha declarado María José Caballero, directora de Campañas de Greenpeace.

Los municipios más destruidos de cantabria

Según la organización ecologista, la franja de los primeros 500 metros de costa representa tan solo un 0,55% de la superficie de suelo del Estado, y en Cantabria un 1,74%. Cantabria tiene según el informe de Greenpeace, un 14% de superficie artificial en la franja de los primeros 500 metros de costa, y "sólo" el 21% de su costa tiene "una protección efectiva que impediría futuros abusos urbanísticos en el futuro".

A escala municipal, Marina de Cudeyo, Ribamontán al Mar, Miengo, San Vicente de la Barquera y Santa Cruz de Bezana son según Greenpeace los cinco municipios que más rápido han destruido su patrimonio natural durante los años de burbuja inmobiliaria.

Por otro lado, si se añade el valor del porcentaje de superficie construida en los primeros 500 metros de costa, Camargo con el 89% de la franja de los 500 primeros metros urbanizados, Comillas con el 51%, Noja con el 32%, Santander con el 30% y Santoña con un 25%, son los municipios que más han destruido esta franja costera.

Por el contrario, Greenpeace señala 12 municipios de Cantabria en la lista de los 155 municipios que menos han construido en su primera línea de costa, con apenas un 3,2% de ocupación en la franja de los primeros 500 metros de costa. Bárcena de Cicero con el 100% de suelo protegido en la costa, Colindres con el 100% o Escalante, también con el 100%, son los municipios con mayor protección efectiva, "al menos sobre el papel", y cuentan solamente con un 3,2% de ocupación en la franja de los primeros 500 metros de costa.

Cambio climático y ley de costas

Greenpeace señala que la construcción de urbanizaciones e infraestructuras en la costa aumenta exponencialmente el riesgo por efecto del cambio climático y mayor exposición a inundaciones o a torrentes, y que la conservación del estado natural de la franja de los primeros 500 metros es esencial, ya que actúa como barrera de protección.

En este sentido, augura que Cantabria verá aumentar su nivel medio del mar así como su cota de inundación y de rebase. Para amortiguar los posibles impactos en puertos, se necesitará aumentar el tamaño de las estructuras en talud, de las zonas muy expuestas al oleaje exterior hasta un 20%, añade la organización ecologista.

Greenpeace denuncia que la nueva Ley de Costas permite que se reduzca la protección de 100 a 20 metros en determinados tramos, lo que significa que "si se sigue construyendo en estas zonas, el litoral sufrirá un colapso total en 124 años".

Según sus estimaciones, en este periodo de tiempo, la franja de los primeros 500 metros estaría construida y en 158 años la del primer kilómetro si se mantiene la tendencia de construcción en el periodo 1987-2005, con lo que el incremento anual de ocupación sería de 0,13% (0,03% hectáreas al día). Por lo tanto, la superficie destruida en todo Cantabria alcanzaría el 17%.

Para Greenpeace, "a pesar del parón absoluto de la construcción a partir de 2008, la principal amenaza actual es la cantidad de suelo declarada como urbanizable aunque no urbanizada o los nuevos impulsos del sector turístico residencial".

Además, "con la excusa de la crisis económica y debido a los recortes, existe el riesgo de que cualquier proyecto de construcción pueda ser aprobado por unos controles más laxos o inexistentes. Ya lo hemos visto con la nueva Ley de Costas", ha declarado Pilar Marcos, responsable de la campaña de Costas.

Para evitar los efectos de la nueva Ley de Costas, Greenpeace propone que los municipios se declararen insumisos en su aplicación, que la Unión Europea la "pare" y que los planes urbanísticos municipales sean revisados para no permitir más construcciones. Además, subraya que los parques naturales deben ser respetados, no se debe construir en zonas de riesgo por cambio climático y se debe promover una fiscalidad verde para favorecer a los municipios mejor conservados.

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