La Guardia Civil ha detenido a dos individuos que trasladaron a Melilla un vehículo de alta gama que fue alquilado por un solo día en Almería y pretendía ser introducido en Marruecos acusados de sendos delitos de robo o apropiación indebida

El servicio se ha realizado en el puerto durante un control selectivo de la Guardia Civil a vehículos que desembarcaba del buque procedente de Almería, con objeto de comprobar entre otros aspectos la titularidad y procedencia de los mismos.

Así, cotejaron un turismo marca BMW, modelo 318, con placas de nacionalidad nacional, ocupado por su conductor, que manifestó en primer lugar que era de su propiedad y al serle requerida la documentación, adujo que "en realidad era de alquiler".

Los agentes comprobaron en ese momento que el contrato se había efectuado tan solo por un día, en concreto el día anterior, en Almería, en una agencia de alquiler y por tanto finalizaba el mismo el día de su llegada a Melilla.

Según la Benemérita, para no levantar sospechas el conductor "había personalizado el vehículo con diversas pegatinas y adornos", con objeto de que a la vista aparentase ser de su propiedad.

Tras su fiscalización y gestiones realizadas la Guardia Civil pudo comprobar que el conductor y otra persona habían comprado los billetes de llegada a Melilla "por internet en una agencia marroquí", localizándose de esta forma al cómplice que se había apeado y desembarcaba a pie del buque, con objeto igualmente de no levantar sospechas.

Estos hechos determinaron la inmovilización del vehículo "hasta tanto se ha podido acreditar sin género de dudas su legítima procedencia y titularidad, así como la constancia de la interposición de denuncia por su propietario".

Los autores del delito son dos jóvenes varones, de nacionalidad española y marroquí, con residencia en una localidad de Alicante, de 22 y 21 años de edad respectivamente, a los que se les imputa el supuesto delito de robo o apropiación indebida de vehículo a motor.

El vehículo tiene tan solo tres meses de antigüedad, 4.000 kilómetros y un valor de unos 30.000 euros. El modus operandi de este tipo de actuaciones es llegar a la Ciudad con la cobertura legal de un contrato de alquiler, para introducirlo en Marruecos, y posteriormente presentar una denuncia por supuesto robo o sustracción en territorio comunitario, con objeto de quedar exonerados de cualquier tipo de responsabilidad penal. La empresa propietaria del vehículo se hará cargo del mismo en calidad de depósito, al quedar sujeto a disposición judicial.