Cuando en el pasado mes de abril Industria de Turbo Propulsores (ITP) inició una nueva línea de negocio, se encontró con el problema de que no hallaba el personal cualificado que necesitaba, así que optó por formar directamente a un grupo de trabajadores y, posteriormente, contratar a parte de ellos.

ITP tuvo que recurrir al programa de acciones formativas en el seno de empresas impulsado por la Comunidad de Madrid y, gracias a él, 43 personas están actualmente trabajando en la planta que esta firma de mantenimiento de motores de aviones tiene en la localidad madrileña de Ajalvir.

Todo surgió cuando ITP adquirió en los primeros meses de este año una licencia de mantenimiento del motor PW100, lo que, según sus cálculos, supondrá una facturación anual que ronda los 24 millones de euros y unas 65.000 horas de trabajo al año.

"El personal que tenemos es muy específico y la gente cuando sale de la Formación Profesional (FP) lo hace con unos conocimientos generales. Hay una especialidad dentro de FP que es Aeromecánica, que es fundamentalmente de mecánicos para el sector aeronáutico, pero tienen una formación genérica y para poder tocar un motor hace falta tener una formación muy específica", explica Francisco Javier Cano, del departamento de Recursos Humanos de ITP.

La empresa puso en marcha ocho módulos formativos en los que participaron 58 personas, que habían sido preseleccionadas a través de las oficinas públicas de empleo.

"Tuvimos que hacerlo a la carrera y en tiempo récord", asegura Alfonso Cenal, jefe de Recursos de Humanos de la planta de ITP en Ajalvir. Después del período de formación, la empresa ha realizado un contrato por obra a 43 de los alumnos y si la línea de negocio se consolida, lo hará de manera indefinida.

Esther Molero es una de ellos y se considera "muy afortunada", porque, tras vivir tres años en Inglaterra, acababa de regresar a España cuando recibió "con sorpresa" una llamada del servicio de empleo para hacer un curso en una empresa. Ahora, trabaja en el departamento de compras de ITP y cree que sus expectativas laborales son buenas.

Tras finalizar sus estudios de FP de grado superior en Automoción y en Automecánica, David Amarilla estaba en paro y con una perspectivas de trabajo poco halagüeñas.

"Fui afortunado de pasar un proceso de selección. Me han formado durante un mes y medio, con una formación específica del motor. Mis expectativas laborales se han cumplido totalmente con tener la suerte de entrar en una empresa que tiene futuro. Estoy muy contento", dice Amarilla.

La directora general de Formación de la Comunidad de Madrid, Patricia Herrero, señala que este programa de formación, que forma parte del plan de empleo puesto en marcha por el Gobierno regional, "está funcionando", ya que hay firmados convenios con 36 empresas para la realización de 42 proyectos, con una propuesta de realización de 162 cursos, lo que se traducirá en 1.590 contrataciones.

Herrero recuerda también que esta iniciativa cuenta con una dotación presupuestaria de quince millones de euros, lo que permitiría que hasta 4.500 personas se beneficien de este tipo de acciones formativas en el interior de empresas.

En cuanto a los alumnos que finalmente no son contratados por las empresas, dice que esas personas también se han beneficiado de una formación y se han "recualificado", por lo que, a su juicio, su empleabilidad ha mejorado y se colocan mejor en el mercado laboral.