El exceso de velocidad del tren Alvia Madrid-Ferrol siniestrado este miércoles en las inmediaciones de Santiago de Compostela es una de las primeras hipótesis sobre la causa del accidente en el que han muerto al menos 78 personas.

Según fuentes de la investigación citadas por EFE, esta es una de las líneas que siguen la Policía y técnicos del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), que comenzaron a trabajar en el lugar del accidente para obtener las primeras pruebas.  La Policía Nacional informó de que un avión con seis especialistas de la Policía Científica aterrizó en Santiago pasada la media noche para ayudar en la identificación de cadáveres. El Ministerio del Interior también envió camiones laboratorio para trabajar sobre el terreno.

El secretario general del Partido Socialista de Galicia, Patxi Vázquez, aseguró que "todo apunta" a que el siniestro se debió "a un exceso de velocidad importantísimo", según los "datos" de los que disponen las fuerzas de seguridad, aunque ni Renfe ni Adif quisieron dar este factor como definitivo. Un portavoz de Renfe dijo que "es muy aventurado" atribuir el accidente del tren Alvia al exceso de velocidad.

El diario ABC citó fuentes oficiales que aseguraron que el registro de velocidad del tren llegó a marcar los 160 kilómetos/hora, el doble de lo autorizado en ese punto (80km/hora). Otras fuentes citadas por El Mundo hablan de que el tren circulaba a 220 km/hora. El País cita la grabación entre el control y el maquinista en la que se oiría a este último decir que iba a 190 km/h.

Un portavoz de Renfe explicó a 20minutos que el tramo en el que se produjo el siniestro pertenece a la línea de Alta Velocidad (AVE) que une Madrid con Ourense, Santiago y Ferrol (A Coruña). Sin embargo, y debido a la proximidad con el casco urbano y al pronunciado trazado de la curva, el tren debía circular a una velocidad reducida.

El tramo del accidente está protegido con un sistema llamado ASFA (Anuncio de Señales de Frenado Automático) que funciona mediante balizas. Si un tren circula con exceso de velocidad al pasar por una de las balizas en la vía, el ASFA envía la información al maquinista, pero a diferencia de otros sistemas más modernos como el ERTMS no frena automáticamente el convoy. Expertos ferroviarios aseguran que, si funciona correctamente, el ASFA impide el fallo humano.  "Ahora", añaden, “habría que ver el libro de velocidades máximas de la zona del accidente y ver si está debidamente protegida, señalizada y con condiciones que impidan el fallo humano”.

Los trenes Alvia, como el que se salió de la vía, son capaces de alcanzar una velocidad punta de 250 kilómetros/hora, aunque en los tramos considerados como de transición (entrada a las ciudades) la media es de 70-80 kilómetros/hora. A pesar de la violencia del vuelco, los dos maquinistas salieron ilesos.

El punto donde descarriló el convoy, conocido como curva de A Grandería (kilómetro 84, junto al viaducto de la Autopista del Atlántico) entró en servicio en diciembre de 2011, sin que se hubiesen producido accidentes en ese punto hasta el momento. El presidente de la Xunta de Galicia, el popular Alberto Núñez Feijoo, aseguró que el tramo se reformó hace dos años.