Condenado a 27 años de prisión por asesinar a golpes a su esposa, quien inició trámites de divorcio

La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a 27 años de prisión a Francisco Antonio J.J., el hombre de 44 años y vecino de Vícar (Almería) acusado de acabar a golpes con la vida de su esposa, Salud G.C., después de que ella iniciara los trámites de divorcio tras años de convivencia en los que tuvieron una hija, quien también sufrió violencia psíquica habitual por parte de su padre.

La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a 27 años de prisión a Francisco Antonio J.J., el hombre de 44 años y vecino de Vícar (Almería) acusado de acabar a golpes con la vida de su esposa, Salud G.C., después de que ella iniciara los trámites de divorcio tras años de convivencia en los que tuvieron una hija, quien también sufrió violencia psíquica habitual por parte de su padre.

Así lo han indicado a Europa Press fuentes jurídicas, quienes han precisado que la Sección Tercera ha impuesto una pena de 23 años de prisión por un delito de asesinato por el que tanto el Ministerio Público como la acusación particular solicitaban 25 años de prisión. El acusado fue declarado culpable por unanimidad de un jurado popular, que rechazó la petición de la defensa, que interesaba un delito de homicidio.

En este sentido, las mismas fuentes han precisado que el tribunal ha valorado la ausencia de antecedentes penales a la hora de fijar la pena. En la misma línea, ha condenado a Francisco Antonio J.J. a cuatro años de prisión por dos delitos de malos tratos habituales en el ámbito familiar tanto hacia su esposa como hacia su hija, de 13 años en el momento de los hechos.

Así, el texto recoge los hechos declarados probados por el jurado popular y acredita que la culminación de los malos tratos sufridos por Salud G.C. fue el asesinato de la mujer en la mañana del 27 de septiembre de 2011, cuando ella regresó a su vivienda tras finalizar su jornada laboral en el Hospital de Poniente de El Ejido (Almería) en torno a las 8,30 horas, momento en el que su marido le esperaba.

El jurado, que además solicitó la imposibilidad de indulto y revisión de la incondicional, reconoció que el condenado se ensañó con la víctima a la que mató a golpes contra el mobiliario y el suelo de la vivienda sin que se estimara ninguna de las atenuantes solicitadas por la defensa, que mantuvo la adicción al alcohol del procesado durante todo el juicio.

No obstante, no quedó suficientemente acreditado que el acusado actuara bajo los efectos del alcohol ni que sufriera un trastorno mental transitorio en relación con la declaración de los testigos y de los agentes que practicaron su detención, quienes negaron la existencia de síntomas a simple vista que hicieran sospechar que el hombre había bebido.

De la misma manera, uno de los testigos que presenció la acción desde fuera de la vivienda a través de una ventana declaró que el hombre corrió las cortinas al sentirse observado y dejó de golpear a la mujer para continuar después con la agresión hasta acabar con su vida.

Durante la vista oral, Francisco Antonio J.J. alegó no recordar cómo se sucedieron los hechos y haber sufrido un "shock" la noche antes del crimen. En este sentido, señaló que comenzó a tomar consecuencia de sí mismo cuando se encontraba en el Hospital Torrecárdenas de Almería al que fue conducido porque le "dolían las manos" tras haber acabado con la vida de su esposa a golpes por la casa.

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