El Informe de la Fundación CYD 'La contribución de las universidades españolas al desarrollo', correspondiente al año 2012, denuncia las "enormes diferencias", de hasta 6.000 euros, en las transferencias corrientes por estudiante matriculado realizadas desde las respectivas Administraciones hacia las distintas universidades. "Se ha producido un aumento de la disparidad entre los sistemas universitarios en lo que a los recursos públicos de los que disponen se refiere", añade.

El texto explica que "la principal fuente de ingresos de las universidades son los recursos públicos", que representaron en promedio para el conjunto de universidades del 59,14 por ciento de la financiación neta en el año 2012. En concreto, señala que las mayores transferencias por alumno matriculado se producen en la Universidad Pública de Navarra —con 9.363 euros—, la Politécnica de Cartagena —con 9.047 euros— y la Universidad del País Vasco —con 9.025 euros—.

En cambio, tales transferencias registraron los menores niveles en las universidades Rey Juan Carlos —3.351 euros— de A Coruña —con 4.271 euros— y de Cádiz —con 4.362 euros—. La segunda fuente de recursos de las universidades públicas corresponde a los derechos de matrícula, tasas y precios públicos, que son pagados directamente por el usuario o compensados por las administraciones públicas correspondientes, según recuerda el Informe.

De esta forma, el coordinador general del Informe, Martí Parellada, concluye que "las transferencias que reciben las universidades por alumno de las comunidades autónomas pueden llegar a triplicarse entre la universidad que más recursos recibe y la que menos". Por ello, insiste en que "no puede haber una reducción de las transferencias a la universidad pública al ritmo en que se están produciendo".

Es "urgente" revertir los recortes

"Es urgente revertir, en el plazo más breve posible, la reducción de las transferencias a las universidades públicas y la menor dotación de recursos dedicados a la I+D+i", ha sentenciado Parellada, que apuesta por "priorizar el gasto universitario", a través de "un convencimiento social de que la universidad pública es un elemento clave para mejorar la situación económica de todo el país".

En este sentido, el Infome CYD destaca que la información obtenida de los presupuestos liquidados de las universidades públicas españolas para el periodo 2009-2011 indican que los ingresos no financieros de las universidades públicas presenciales españolas "disminuyeron un 7,8 por ciento". Las disminuciones más sustanciales, según el propio texto, se dieron en las transferencias corrientes y en las transferencias de capital, que dependen, en su mayor parte, de lo aportado por las administraciones públicas.

Por comunidades autónomas, solos tres casos registraron una variación positiva de los ingresos no financieros: La Rioja —un 0,31 por ciento—, Murcia —un 2,49 por ciento— y el País Vasco —un 9 por ciento—. Por el contrario, la reducción alcanzó su máximo nivel en Castilla-La Mancha —con un -17,3 por ciento—, Galicia —con un -13,7 por ciento—, la Comunidad Valenciana —con un -12,4 por ciento—, Madrid —con un -12,3 por ciento— y Cataluña —con un -10,2 por ciento—.

Por otra parte, se ha producido una "tendencia al aumento de la aportación de recursos privados, vía precios públicos, en el conjunto del gasto universitario". En España, esta tendencia se ha expresado con mayor intensidad en el actual curso académico, de manera que se ha pasado de incrementos de poco más del 4 por ciento en los programas de grados en el curso 2011-2012 a cerca del 16 por ciento en el 2012-2013 y en los máster, de alrededor del 3,5 por ciento a cerca del 64 por ciento.

La universidad como "apuesta segura" frente al desempleo

En este Informe también se aborda la cuestión de la empleabilidad. Así, Parellada ha aludido a la "situación dramática" del mercado laboral español y asegura que, "a pesar de todas las cifras y siendo conscientes de que la situación de los titulados universitarios ha empeorado, es importante recordar que la universidad sigue siendo una apuesta segura para conseguir la inserción laboral".

A finales de 2012, la tasa de actividad de los titulados superiores españoles de entre 25 y 64 años era del 90 por ciento, 10 puntos por encima de la del conjunto español; la tasa de empleo era del 77 por ciento, 16 puntos superior; y la tasa del paro era del 15 por ciento, frente al 32 por ciento de quienes tenían como máximo estudios obligatorios y al 23 por ciento de los titulados en educación postobligatoria no terciaria.

Asimismo, el texto recuerda que dentro de la educación superior, los registros eran mejores conforme aumentaba el nivel de estudios. Así, la tasa de paro era del 18 por ciento para los titulados superiores no universitarios, del 14 por ciento para los titulados universitarios y de tan solo el 6 por ciento para los doctores.

Por último, Parellada se ha referido a la I+D+i y a la transferencia de conocimiento desde las universidades. En este punto, ha precisado que "la universidad es un motor de desarrollo en la medida que investiga y que puede transferirlo a las empresas" y advierte de que "los indicadores que reflejan la transferencia de resultados de la investigación a la sociedad señalan retroceso".

En concreto, este paso hacia atrás se observa en el volumen de contratos de las oficinas de transferencia de conocimientos —que cayó en 2011 un 11 por ciento— y en el número de 'spin off' creadas, con un total de 111, lo que supuso un descenso anual del 15,3 por ciento. No obstante, el informe CYD 2012 remarca que también hay cifras positivas, seguramente como resultado de años de consolidación de la investigación.

Más publicaciones científicas,

Pero menos liderazgo y excelencia

Al respecto, recoge que "tanto las patentes como las licencias y el número de publicaciones científicas han crecido", ya que en este momento las solicitudes de patentes de las universidades españolas alcanzan el 16,8 por ciento en la Oficina Española de Patentes y Marcas. Sin embargo, el coordinador general del Informe advierte de que "se ha perdido el liderazgo y la excelencia en estas publicaciones científicas" y, por lo tanto, "tendrán menos visibilidad en el futuro".

Finalmente, el informe CYD 2012 concluye que "se debería pasar de unas políticas de carácter transversal, con efectos indiscriminados sobre todas las universidades, a unas medidas que se adapten mejor a las prioridades estratégicas que cada universidad defina". En este sentido, reclaman que la reforma universitaria, que esperan que sea aprobada "con la mayor celeridad posible", contemple "un sistema de gobernanza adecuado, que refuerce la capacidad ejecutiva del rector y de su equipo de gobierno".