La sumiller del restaurante 'Yandiola', Teresa Fernández, el director del restaurante 'El Nuevo Molino' y 'El Serbal' -cada uno con una estrella Michelín-, Rafael Prieto, y la enóloga y Nariz de Oro en el año 2000, Blanca Saiz, han debatido sobre el pasado, presente y futuro del vino cántabro, así como de los aspectos técnicos de la uva y las características del caldo en el III Taller Gastronómico de la Universidad de Cantabria (UC) que tuvo lugar este lunes a las 19.30 en la sede de los Cursos de Verano de Laredo.

Este último encuentro gastronómico ha supuesto la clausura del ciclo que se ha llevado a cabo durante las pasadas semanas y cuya máxima ha sido la excelencia del producto cántabro, destaca la UC en un comunicado de prensa.

Han estado presentes también, para agradecer a los participantes la gran acogida que han tenido las jornadas, el director de los Cursos de Verano, Manuel Estrada, la vicerrectora de Cultura, Participación y Difusión, Elena Martín, el director de la sede de Laredo, Sergio Sanfilippo, el moderador de la actividad y redactor jefe de El Diario Montañés, José Luis Pérez y el director de las sedes de Santander, Parlamento de Cantabria y Camargo, José María Zamanillo, así como algunos de los productores de caldos.

Los tres profesionales han coincidido en la idea de que el vino blanco de Cantabria tiene buena calidad aunque "el tinto tiene aún algún déficit", afirmó Rafael Prieto. La Nariz de Oro del año 2000 añadió, en base a esta idea, que "el tinto es complicado pero es probable que Liébana nos dé una grata sorpresa".

No obstante, los tres profesionales coincidieron en que los vinos de Cantabria son caldos "muy frescos y muy alegres, como los cántabros", con "un gran futuro por delante" porque al tener poco recorrido en cuanto a los años de producción, "no se copian errores que han sucedido en otras regiones", en palabras de Rafael Prieto.

Teresa Fernández explicó que los vinos de Cantabria se realizan con uvas "acordes a nuestro clima y a nuestra tierra" y que han conseguido lo esperado. Añadió que las técnicas de elaboración "son importantísimas" y que aquí, hoy por hoy, "son buenísimas" obteniendo, de esta manera, un vino "sabroso, fresco y aromático".

"Creo que mucha gente compara los vinos de Cantabria con los de Galicia, y debemos desmarcarnos de esta idea porque vamos a hacer vinos totalmente diferentes" manifestó Rafael Prieto, y aseguró que el Chacolí tiene gran fama en País Vasco pero que "empezó en Cantabria, en la zona de Laredo y Castro Urdiales, y después se trasladó a Getaria donde tuvo más auge, mientras que aquí dejó de fabricarse". Los tres hablaron de un futuro esperanzador para el vino cántabro.

Teresa Fernández expresó la importancia que tiene el éxito de este proyecto vitivinícola en Cantabria, sobre todo "para los productores e inversores ya que han hecho un esfuerzo faraónico". Añadió que en todas las regiones de España se bebe vino y que "a nosotros solo nos faltaba tenerlo y ya está aquí".

Blanca Saiz aseguró que aún queda camino por recorrer y que eso es "muy bonito porque te deja muchas puertas abiertas". Y expresó que será la parte turística, junto con una "buena campaña de marketing", la que pueda potenciar el mundo del vino "metiendo a la gente en el viñedo, que es donde se coge amor al vino".

DEGUSTACIÓN

Los asistentes pudieron degustar tres vinos blancos diferentes elaborados en Cantabria: Nates, Ribera del Asón y Tejea Verde, acompañados de unos pinchos de bacalao, jamón y mousse de queso con setas y una tostada de queso de cabra con foie.