Andalucía se sitúa como la tercera comunidad española con mayor consumo de aceite industrial, con una media anual de 40.000 toneladas de aceites industriales, y con un total de 17.745 toneladas de aceite industrial usado recuperado durante 2012, según indica Sigaus en una nota.

Concretamente, es en el sector de automoción donde se da el mayor consumo de la región, con casi el 70 por ciento del total comercializado, toda vez que a nivel nacional es la tercera comunidad con mayor número de vehículos —133.465 vehículos en 2011, según la Dirección General de Tráfico— y la primera en número de talleres de mantenimiento y reparación de vehículos —7.098 en 2012, según el Instituto Nacional de Estadística—.

En una nota, Sigaus ha explicado que el consumo de los aceites, tanto por los vehículos como en procesos y maquinarias industriales, ha generado de media alrededor de 23.500 toneladas de aceites usados. Recuerda que este residuo "debe ser correctamente recuperado y gestionado ya que, de lo contrario, puede provocar graves daños medioambientales por su gran poder de contaminación".

Apunta que "asimismo, su eliminación por incineración incontrolada o vertido ha afectado seriamente a la calidad del aire, así como al agua y al suelo, aunque si ha sido correctamente extraído y almacenado puede ser valorizado en su totalidad, aportando importantes beneficios medioambientales en cuanto al aprovechamiento de los recursos contenidos en el aceite usado, ya sean materiales o energéticos, suponiendo un importante ahorro de materias primas".

En España, Sigaus es el sistema integrado de gestión (SIG) que se encarga de garantizar la recogida y el correcto tratamiento de los aceites industriales usados que se generan en todo el ámbito nacional. Durante 2012, el sistema ha recuperado y gestionado en Andalucía 17.745 toneladas de este residuo, un volumen que equivale a la recogida de 72 toneladas diarias, esto son ocho camiones cisterna de tipo medio (con una capacidad de 10.000 litros) cada día del año, informa.

De este modo, la cantidad de residuo recogido corresponde al 58,3 por ciento de las 30.445 toneladas de aceite industrial puesto en el mercado andaluz por las empresas adheridas a Sigaus.

El 67 por ciento de los aceites fue consumido en automoción, mientras que el 32 por ciento se consumieron en el sector industrial, y un 1 por ciento en otros destinos. Las empresas adheridas a Sigaus son fabricantes o importadoras de aceites industriales y a través del SIG cumplen con las obligaciones del Real Decreto 679/2006, que regula la gestión de aceites industriales usados en España.

Así, esta normativa obliga a toda empresa responsable de la primera puesta de aceite industrial en el mercado nacional a garantizar y financiar la correcta gestión del residuo que se genera tras el consumo de los aceites industriales comercializados en España, ha indicado.

Asimismo, el 58,3 por ciento de aceite puesto en el mercado andaluz ha confirmado que Sigaus se ha hecho cargo de la totalidad del aceite usado que se generó el pasado año tras el consumo de los aceites industriales que sus empresas adheridas pusieron en el mercado andaluz, ya que las autoridades medioambientales consideran que un litro de aceite produce de media tras su consumo 0,4 litros de aceite industrial usado, detalla.

En esta línea, Sigaus ha destacado que la totalidad de los aceites usados recuperados fueron cien por cien valorizados y destinados a distintos procesos de tratamiento. Cumpliendo con la prioridad establecida por la legislación medioambiental se trataron mediante procesos de regeneración 12.575 toneladas. De esta forma, la cantidad representa el 71 por ciento del total de aceites usados regenerables recogidos en Andalucía.

Con la regeneración del residuo es posible obtener nuevamente un aceite base industrial con el que posteriormente se pueden fabricar nuevos aceites lubricantes. Gracias al tratamiento se ha podido devolver al mercado cerca de 8.375 nuevas toneladas de bases lubricantes. Para obtener esa misma cantidad en un proceso de primer refino se habrían necesitado unos 3,5 millones de barriles de petróleo. La fabricación de aceite a partir de bases regeneradas representa un impacto 40 veces inferior a su fabricación directa a partir del petróleo. Con la regeneración de 3 litros de aceite usado se han obtenido 2 litros de base lubricante, mientras que para obtener esa misma cantidad en un proceso de primer refino del petróleo se necesitarían más de 130 litros de petróleo crudo.

Otro valor añadido del proceso es el efecto favorable sobre el cambio climático, ya que las emisiones de CO2 son inferiores a las que se producirían si el proceso de obtención de bases lubricantes fuese mediante el refino del petróleo. Por otro lado, se ha estimado que por cada tonelada de aceite industrial usado destinado a regeneración y no valorizado energéticamente se ha evitado la emisión a la atmósfera de 3 toneladas de CO2. Según dicha estimación, la gestión mediante regeneración, realizada en 2012, de aceites usados recogidos en Andalucía habría evitado la emisión a la atmósfera de 37.726 toneladas de CO2.

Ha recordado que cuando el aceite usado no puede ser regenerado, el segundo tratamiento viable en España es la valorización energética, es decir, la producción de un combustible alternativo a partir del aceite usado previamente tratado, de similares cualidades al tradicional 'fuel oil'. El pasado año se destinaron al tratamiento 5.170 toneladas de los aceites usados recogidos en Andalucía, obteniendo dicho combustible útil en muchos tipos de industrias como cementeras, yeseras, fábricas de cerámica, papeleras, asfaltos, áridos o aglomerados, cuyos procesos requieren utilizar hornos trabajando a altas temperaturas y con un importante gasto energético, ha destacado Sigaus.

Por último, se ha estimado que un litro de aceite usado procesado como 'fuel oil' contiene 10,84 kWh de energía. Partiendo de este cálculo, se ha podido afirmar que el combustible producido a través del tratamiento de las 5.170 toneladas de aceites usados supone un equivalente energético de 56 GWh, cantidad equivalente al consumo anual de alrededor de 14.600 hogares españoles, concluye.