Alarmante crecimiento de la presión arterial entre niños y adolescentes de Estados Unidos

  • Es riesgo de accidente cerebrovascular, enfermedad cardiaca e insuficiencia renal.
  • El riesgo de tener presión arterial elevada entre los niños y adolescentes ha aumentado un 27% en los últimos 13 años.  
  • Razones: masas corporales elevadas, cinturas grandes y comidas con mucha sal.
Un niño a punto de comerse un dulce muy calórico.
Un niño a punto de comerse un dulce muy calórico.
GTRES
Un niño a punto de comerse un dulce muy calórico.

A la hipertensión se la llama la enfermedad silenciosa. No da señales de vida, no hay síntomas, pero sus consecuencias pueden ser vitales para la salud cardiovascular. La presión arterial alta es un factor de riesgo para el accidente cerebrovascular, la enfermedad cardiaca y la insuficiencia renal.

   

El problema que acaban de ver los médicos es que la hipertensión, un mal propio de adultos, comienza a afectar a los más pequeños. Según un nuevo estudio publicado en la revista Hypertension: Journal of the American Heart Association, el riesgo de tener presión arterial elevada entre los niños y adolescentes ha aumentado un 27% durante un periodo de 13 años.

Según los investigadores, las razones de este aumento de la presión arterial pueden ser las masas corporales elevadas, cinturas grandes y comidas con exceso de sodio (exceso de sal). "La presión arterial alta es peligrosa, en parte debido a que muchas personas no saben que la tienen. La presión arterial se debe medir con regularidad", ha señalado Bernard Rosner, autor principal del estudio y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).

En los adultos de 20 años o más, la presión arterial normal debe ser de menos de 120/80 mm Hg, pero en el caso de niños y adolescentes, las normas de presión arterial varían según la edad, el sexo y la altura. Si bien los investigadores observaron lecturas "elevadas", los niños no podían ser llamados hipertensos debido a que las lecturas de presión arterial deben ser altas tres veces para un diagnóstico oficial.

Los investigadores compararon a más de 3.200 niños del análisis National Health and Nutrition Examination Survey III (NHANES) en 1988-1994 con más de 8.300 en el NHANES de 1999-2008, con representación de las diferencias entre los dos grupos en edad, sexo, raza/etnia, masa corporal, cintura e ingesta de sodio. Los investigadores encontraron que los varones fueron más propensos a tener presión arterial elevada, pero la tasa de aumento más notable fue en las niñas del primer estudio en relación con el segundo.

En el segundo estudio había más niños con sobrepeso y, de ambos sexos, pero especialmente niñas, con cinturas más grandes. Los niños cuya masa o mediciones de la cintura estaban en un 25% más alto que su grupo de edad eran dos veces más propensos a tener presión arterial elevada. Los afroamericanos tuvieron un 28% más riesgo de presión arterial alta que los blancos no hispanos, según los resultados de la investigación.

En ambos estudios, los niños con mayor consumo de sodio eran un 36% más propensos que aquellos con ingesta más baja de tener presión arterial elevada. Más del 80% de los niños de ambos análisis tenían una ingesta diaria de sodio por encima de 2.300 miligramos. Sin embargo, un menor número de niños en el segundo estudio tenían una ingesta superior a 3.450 miligramos.

"Todo el mundo espera que el consumo de sodio siga subiendo. Parece que se han escuchado un poco las recomendaciones dietéticas, pero no mucho", señala. Los estadounidenses consumen un promedio de 3.400 miligramos de sodio al día, más del doble de los 1.500 o menos que la Asociación Americana del Corazón recomienda, siendo dos tercios de la ingesta de sodio de los alimentos comprados y una cuarta parte de la oferta de restaurantes.

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