Discapacitados españoles quieren formar a asistentes para acceder a una sexualidad plena

  • El grupo Sex Asistent Cataluña abre en España el debate europeo sobre la legalización de la figura del asistente sexual de discapacitados.
  • La mayoría de las asociaciones de discapacitados apoyan su petición.
  • Hay colectivos críticos que conectan esta figura con la prostitución.
  • La asistencia contempla un abanico de posibilidades: caricias, masajes, exploración del cuerpo o facilitación del sexo a una pareja que no puede.
Jaume Girbau es uno de los impulsores de Sex Asistent Cataluña, el grupo de discapacitados que quiere abrir en España el debate de la legalización de los asistentes sexuales.
Jaume Girbau es uno de los impulsores de Sex Asistent Cataluña, el grupo de discapacitados que quiere abrir en España el debate de la legalización de los asistentes sexuales.
Miquel Taverna
Jaume Girbau es uno de los impulsores de Sex Asistent Cataluña, el grupo de discapacitados que quiere abrir en España el debate de la legalización de los asistentes sexuales.

Necesitaba sexo y recurrió a los servicios de una prostituta, pero ella se puso a llorar. "No sabía qué hacer. No estaba preparada". La experiencia vivida hace veinte años traumatizó a Jaume Girbau, en silla de ruedas desde niño por una malformación congénita. Ahí fue cuando Girbau, "impactado", empezó a preguntarse por qué no había personas sensibilizadas con los discapacitados e interesadas en el sexo.

Hoy Girbau es el motor de Sex Asitent Cataluña —grupo formado por discapacitados, sexólogos, orientadores y terapeutas— que ha abierto en España el debate sobre la legitimación de la figura del asistente sexual. "Pensamos que sería interesante que hubiera personas formadas en atención a gente con diversidad funcional, ya sea directamente mediante caricias, abrazos, masaje sensual, exploración del cuerpo, juegos o facilitando el sexo a las parejas que necesiten asistencia", explica Girbau.

El grupo catalán que él impulsa sigue una corriente de defensa del derecho a la sexualidad de los discapacitados que recorre Europa de norte a sur desde hace unos años. El servicio de asistentes sexuales es legal en países como Alemania, Suiza, Holanda, Dinamarca. Algunos lo sufragan con fondos públicos. Francia está inmersa en pleno debate. Es consecuencia "en parte", concede Girbau, del impacto que tuvo la película americana 'Las sesiones' (2012), en la que Helen Hunt interpreta a una terapeuta que asiste sexualmente a un discapacitado virgen a los 38 años.

Titulación oficial de asistentes sexuales

Además de abrir el debate sobre el doble tabú de la sexualidad y la discapacidad, en Sex Asistent Cataluña se han puesto manos a la obra y confeccionan el material didáctico para formar asistentes sexuales. "Demanda hay", explica Girbau, "se han acercado a nosotros profesionales del sexo interesados en recibir dicha formación". Cuentan que estos días mantienen contactos con diversas universidades españolas en busca de una titulación oficial para su instrucción. Las bases del temario serían, "aprender a tratar a una persona con discapacidad, qué discapacidades hay, y cuáles son las vías para ayudarlos a vivir una sexualidad rica", dice Girbau.

La asociación Aspaym (de lesionados medulares y grandes discapacitados físicos) organizó en mayo en Barcelona unas jornadas para apoyar públicamente la reivindicación del asistente sexual. La presidenta de Aspaym Cataluña, Patricia Carmona, ve necesario legitimar una figura que podría ayudar a muchos discapacitados a acceder a su derecho a la sexualidad. Porque, recuerda, "una sexualidad no bien resuelta trae problemas de conducta, como bien saben los trabajadores de los centros ocupacionales o los padres, que son en muchas ocasiones los que tienen que masturbar a sus hijos. ¿No sería mejor que lo hiciera un profesional", plantea.

Activa miembro de Sex Asistent, Patricia Carmona reivindica el grupo que se define como un "espacio de ejercicio para las sexualidades diversas". En un local cedido por una asociación de discapacitados realizan debates teóricos y talleres prácticos para descubrir los sentidos y promover una sexualidad "afectiva, de caricias, de juegos eróticos, incluso de abrazos" para combatir la negación de la sexualidad de los discapacitados y desterrar la idea de que son niños eternamente.

Hay tantas sexualidades como discapacitados. Nuria sufrió un accidente de coche. Salió disparada por la ventana por no llevar cinturón de seguridad. Como consecuencia perdió la mitad del cerebro y quedó con serios problemas de movilidad. Su terapeuta, Carolina Jiménez, recuerda que cuando ocurrió estaba "recién casada, era una mujer joven y, tras la recuperación, pese a las secuelas, era sexualmente muy desinhibida y tenía mucha ilusión en poder hacer un 'striptease' a su marido. Con mucho ensayo, prótesis y unas pinzas para sujetar la lencería conseguimos que diera una grata sorpresa a su marido", explica. Jiménez es partidaria que haya terapeutas formados para satisfacer sexualmente a alguien imposibilitado.

Sex Asistent asegura contar con el apoyo de la mayoría de las asociaciones de discapacitados, que representan a 3,8 millones de españoles, pero también encuentran voces críticas a su propuesta dentro del colectivo. "Algunos creen que estamos creando un 'ghetto' en contra de la normalización, pero lo dicen porque ellos sí pueden masturbarse solos, no piensan en los que no pueden hacerlo. Tener que acudir a un asistente sexual no es lo ideal, pero ¿qué hacemos si no con esas personas?", se pregunta Girbau. Otros no encuentran la diferencia entre el asistente sexual y la prostitución. Girbau tampoco es claro en este punto. "Cada miembro de Sex Asistent tiene su propia idea de lo que debe ser un asistente sexual, pero es una realidad que trabajadores del sexo que se publicitan como especialistas en discapacitados han mostrado interés por formarse".

Montse Neira ejerce de asistente sexual de discapacitados, como prostituta, desde 1989. "Los asistentes sexuales de discapacitados llevamos muchos años existiendo en España, pero en pecado. A escondidas", reconoce.  Los discapacitados que ella atiende no son sexualmente tan distintos de los que no los son. "Tienen sus limitaciones físicas o psíquicas pero son capaces de expresarse sexualmente mejor incluso a veces que los no discapacitados que acumulan tantos tabúes". Neira explica que la única diferencia que aprecia es que los discapacitados "al no poseer, en ocasiones, un físico agradable tienen muy difícil encontrar una pareja". Apoyaría una formación profesional como la que propone Sex Asistent, "sobre todo para que personas sensibles aprendan cosas básicas sobre cómo mover a un discapacitado o qué significa una mirada en un discapacitado psíquico". A su juicio, los asistentes deberían ser "personas muy sensibles que sepan que están tratando con personas excluidas socialmente".

El doble tabú: sexo y discapacitados

El sexólogo Carlos de la Cruz, de la asociación Sexualidad y Discapacidad, mantiene una posición intermedia en el debate sobre esta controvertida figura. "No me parece mal que se legitime la figura del asistente sexual, pero considero que es un atajo que no resuelve la sexualidad de los discapacitados. Sería como creer que repartir preservativos arregla la sexualidad en los adolescentes. Debe ser una medida más".

La asociación que encabeza forma a trabajadores de centros ocupacionales o de atención a discapacitados. Han constatado un interés creciente por atender el derecho de la sexualidad de los discapacitados. Y celebra que se esté saliendo de las trampas de atender solo a los que se masturban a todas horas o aquellos que muestran conductas violentas por no poder autosatisfacerse. "Si nos quedamos en esas demandas no asistiremos a los que no preguntan, a quienes no tienen capacidad de relacionarse y hay que atenderlos a todos", sugiere.

El principal motor de Sex Asistent, Jaume Girbau, mira a los países europeos que cuentan con asistentes sexuales legales y piensa que en España tardará. "Es un tema delicado", dice, "el sexo es un tabú y para nosotros, más".

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